Hechos 1:1-11; Efesios 1: 17.23; Mateo 28: 16-20
Queridos amigos, Recientemente, disfruté la oportunidad de compartir con algunos adolescentes. Me encanta la creatividadque tienen al usar dos palabras, “so” (y que) y “whatever”(lo que sea), su uso de ambas palabras captura el contenido de un párrafo completo. Mientras que las palabras con frecuencia encierran algo de irrespeto también son para bromear.
Muchos de los adolescentes con diferentes grados de ansiedad vinieron a mi con la última predicción “del fin del mundo”. Me encantó confundirlos un poco respondiéndoles simplemente con “so” (y qué) antes de darles una respuesta con más información.
Por supuesto, yo no tenía preocupación sobre el fin del mundo. La liturgia de la fiesta de la ascensión tiene un mensaje muy consolador y desafiante sobre este tema.
En la primera lectura de los Hechos, la respusta de Jesús a la pregunta de los apóstoles sobre el fin del mundo son estas palabras: “no les corresponde a ustedes conocer los tiempos y las etapas que solamente el Padre tenía autoridad para decidir. Pero recibirán la fuerza del Espíritu Santo cuando venga sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los extremos de la tierra.” (Hechos 1: 7-8). Los ángeles preguntan. ¿Hombres de Galilea, por qué están aquí parados mirando al cielo? (Hechos 1: 11), en otras palabras, sigan con la tarea de vivir y proclamar el Evangelio. Nosotros compartimos esa tarea.
Luego en el Evangelio sobre la Ascensión Jesús da la orden de ir y hacer discípulos en todas las naciones. Jesús dice: “Estaré con ustedes siempre hasta el final de los tiempos.” (Mateo 28:20)
Si entendemos verdaderamente este mensaje podemos contestar a la predicción constante sobre el fin del mundo con la creatividad de los jóvenes, “so”.
El significado de esta bella festividad de la Ascensión además está capturada en las palabras de la Misa:
Cristo, el mediador entre Dios y los hombres
Juez del mundo y Señor de todo
Ha pasado más allá de nuestra visión
No para abandonarnos sino para ser nuestra esperanza.
Cristo es el comienzo, la cabeza de la iglesia;
A donde Él va esperamos seguirlo.
Juez del mundo y Señor de todo
Ha pasado más allá de nuestra visión
No para abandonarnos sino para ser nuestra esperanza.
Cristo es el comienzo, la cabeza de la iglesia;
A donde Él va esperamos seguirlo.
Así la respuesta de los cristianos para el fin del mundo no es temor y ansiedad. Es esperanza enraizada en la realidad de que Jesús está con nosotros todo el tiempo. No es desesperanza y confusión. Es un simple compromiso para vivir con fe y confianza en un Dios que tiene un mejor plan. Oramos en la oración abierta de la Misa de la Ascensión, “sigamoslo en la nueva creación, porque su Ascención es nuestra gloria y nuestra esperanza.”
Muchas veces hemos escuchado las historias de los santos respondiendo a la pregunta, ¿Qué haría si usted tuviera solamente un día más de vida? Todos ellos contestan lo mismo. Seguirían viviendo la vida al máximo buscando hacer la voluntad de Dios. El mensaje de la Ascensión nos dice que hagamos lo mismo.