¿Qué necesito hacer para orar más profundamente?


Hay muchos momentos en la vida cuando Dios juega a darnos sorpresas. Vemos las cosas claramente y con
frecuencia poderosamente en donde tenemos una conciencia especial de la presencia de Dios. Este puede ser un gran momento de alegría o de dolor, un encuentro con la naturaleza, o una profunda experiencia de amor. Estos son momentos de oración informales pero impresionantes.

Quiero dar una descripción del inicio de una jornada de un acercamiento más formal y sistemático para orar, la oración personal, profunda y comprometida.

Un buen lugar para empezar es con la parábola del tesoro perdido. Hay tres pasos en esta parábola: encontrar, vender y comprar.

El “encontrar” viene de un sentido de hambre en las profundidades del corazón, un sentido de estar incompleto, un sentido de que hay más en la vida de lo que yo tengo. La espiritualidad Carmelita se construye en la verdad central del Evangelio de que Dios nos ama primero y que nos ama tal como somos. El “encontrar” que experimentamos está enraizado en este amor inicial de Dios por nosotros en nuestros quebrantamientos.

De igual manera, creemos pero rara vez damos mucha credibilidad o atención al hecho de que Dios está en la parte más profunda y más real de nuestro ser. Dios es el centro. La verdadera oración nos guiará a un encuentro con este centro.

El “vender” equivale a hacer un compromiso para orar. Esto nos cuesta nuestra conveniencia, tiempo y comodidad. Hacer tiempo, genera hacer un horario, crear una atmosfera apropiada y descubrir y practicar un método de oración y todo esto tiene un costo: auto sacrificio. Lo que estamos haciendo es crear un espacio para Dios que va aumentando gradualmente en un rendimiento a los términos de Dios. En el proceso aprendemos gradualmente que Dios en su amor por nosotros siempre quiere más.

El  “comprar” nos trae a la práctica de orar en una parte regular y disciplinada de nuestro estilo de vida. Hay muchos metodos de oración. Voy a presentar una.

Sin embargo, cualquier metodo que usemos tiene puntos importantes para formar un ambiente que nos ayude. Primero que todo, necesitamos estar sabedores de quien es, con quien vamos a encontrarnos. Esto nos trae a un sentido de lo sagrado en nuestro esfuerzo. Segundo, la oración siempre tiene que estar enraizada en el amor, respondiendo al amor. Tercero, la oración necesita venir de un corazón anhelante de fidelidad para amar y no por las buenas ideas. En la oración interior es importante pero siempre triunfa el amor.

El metodo más común de oración es el llamado Lectio Divina que literalmente significa lectura divina. Todos los otros metodos fluyen de alguna manera de este proceso fundacional.

El primer paso es leer. La mayoría de veces son las Sagradas Escrituras pero tambien puede ser una lectura espiritual o aun alguna experiencia poderosa de nuestra vida.

En el segundo paso reflexionamos y ponderamos el texto tratando de hacer una conexión con nuestra vida. Aquí encontramos el tremendo desafío de luchar contra las distracciones. Ellas son implacables. La clave es la disciplina para retornar al texto para enfocarnos otra vez.

El tercer paso nos lleva a responder en oración. Deseamos hablar acerca de nuestra hambre por conocer a Dios mucho mejor y en consecuencia cambiar nuestra vida.

Finalmente, con fidelidad a la oración alcanzamos un punto en el que simplemente estamos en silencio en la presencia de nuestro Dios de amor. El silencio es el lenguaje de Dios. Este es el momento contemplativo.

Thomas Merton, la gran fuerza espiritual de la iglesia americana en el siglo XX, tenía esta definición de oración: la oración es el anhelo de estar consciente de la presencia de Dios, un entendimiento personal de la palabra de Dios, el conocimiento de la voluntad de Dios y la capacidad de escuchar y obedecer.

Hay cinco puntos de importancia en esta definición de oración como una invitación a un encuentro más profundo con Dios.


  • 1. Nosotros deseamos una conciencia de la presencia de Dios. Este es un movimiento hacia el centro.

  • 2. Buscamos conocer la palabra de Dios. En la Biblia, en nuestra experiencia de vida y más preeminentemente en Jesucristo.

  • 3. Queremos hacer la voluntad de Dios la cual emerge de la oscuridad con la luz de nuestro encuentro con la palabra de Dios.

  • 4. Nosotros anhelamos la capacidad de oir el llamado de Dios otra vez en este preciso momento.

  • 5. Entonces tenemos la tarea de vivir la palabra. Hacemos esto en el contexto de este momento en el tiempo. Abrazamos nuestra realidad presente en todas sus dimensiones. La oración nos lleva a movernos de nuestro espacio estático al siguiente paso en nuestra jornada con Jesús Cristo.

Un verdadero entendimiento del llamado de Merton a la oración nos llevará a ver la oración de una nueva forma. La importancia de la oración está relacionada a cómo vivimos y no a cómo nos sentimos. Con más frecuencia, Dios da a los principiantes en la oración un sentido de paz y de progreso. Gradualmente Dios nos suelta del bello sentimiento de enfocarnos en nosotros mismos y hacerlo hacia Dios. Necesitamos tener hambre del Dios de los consuelos y no de los consuelos de Dios. Esta será una batalla continua para todos aquellos que son serios con respecto a la oración.

El camino del entendimiento de la palabra de Dios y el conocimiento de la voluntad de Dios a la capacidad de oir y obedecer se complementa con un obstáculo llamado autoconocimiento. El  proposito de orar es el de sacarnos del mundo de la auto decepción, de las ilusiones y de un sentido de auto grandeza que nos coloca en el centro de nuestra conciencia. El lento proceso de toda una vida de crecimiento en el autoconocimiento es una secuencia gradual de la transformación personal llamada conversión. Se repite a muchos niveles. La jornada para reenfocar y reconocer a Dios en el centro es posible solamente cuando nosotros reconocemos nuestra pecaminosidad y pequeñez. Generalmente esta no es una parte divertida de nuestro pasaje. Otro nombre para esto es: ser real.

Teresa de Ávila dice que el sendero al autoconocimiento y su hermana, la humildad, nunca deben ser abandonados. Esto incluye las formas más altas de oración tanto como los componentes críticos de la oración de un principiante.

Con fidelidad para orar, lentamente crecemos en paciencia. Las posibilidades de reconciliación vienen de donde sea. Las situaciones donde era dificil ver el otro lado de una historia ahora se abre a cuatro o cinco diferentes puntos de vista válidos. Los prejuicios de toda una vida son expuestos exactamente por lo que son: una mentira.

Todo esto, y mucho más, son los beneficios del autoconocimiento y la humildad que florecen en una vida llena de fidelidad para orar.
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