CUARTO DOMINGO DE CUARESMA



ARREPIÉNTETE Y CREE EN EL EVANGELIO 
(JUAN 3:14-21)

Las lecturas diarias de Juan en las semanas cuatro y cinco de la Cuaresma

¿Cómo te va en nuestra intención cuaresmal de renunciar a algo?  ¿Has fallado un par de veces?  ¡La Iglesia ha hecho planes para ese fracaso!

Así es como funciona.  El tiempo de Cuaresma es un tiempo de conversión.  Lo que puedes renunciar es solo secundario al cambio de mente y corazón al que estamos llamados el Miércoles de Ceniza: "Arrepentíos y creed en el Evangelio".

Las lecturas diarias del Evangelio de las primeras tres semanas de Cuaresma tienen que ver con el llamado de Jesús a un nuevo mundo de amor, reconciliación y servicio.  Renunciar a los helados, a Miller Light o a Disneylandia no son los temas candentes.  De hecho, si fallamos, ¡puede ser de gran ayuda!

El fracaso puede ayudarnos a aprender que necesitamos ayuda.  No podemos hacer este sacrificio y, más aún, abrazar el mensaje evangélico de conversión por nosotros mismos.  Necesitamos ayuda y la necesitamos a lo grande.

La Iglesia nos da una respuesta.  Mantén tus ojos en Jesús.  Para ayudarnos a hacer esto en estas últimas semanas de Cuaresma, se nos presenta un nuevo tema en las lecturas diarias del Evangelio en la cuarta y quinta semana de Cuaresma.

Las lecturas están tomadas del Evangelio de Juan.  En realidad, son una selección del capítulo cuatro al capítulo doce que no se utilizan en ninguna otra lectura durante el resto del año.

Estamos llamados al misterio de Jesús.  Estamos invitados a encontrar a Jesús como nuestro salvador. Se nos presenta, como siempre, el mensaje evangélico de amor.  Porque al final, es solo cuando nos damos cuenta y abrazamos la realidad del amor de Jesús que podemos avanzar en el camino cristiano y tener el cambio de mente y corazón que es la verdadera conversión.

Así que el mensaje de la cuarta y quinta semana de Cuaresma es abrazar nuestra debilidad y volvernos a Jesús.  De esta manera nos preparamos para celebrar la gran maravilla de nuestra fe en la Semana Santa, la muerte y resurrección de Jesucristo.

Todos estamos invitados a recorrer el camino de Jerusalén.  Se nos dan los pasajes diarios de Juan para ayudarnos en el camino.  Nuestra tarea es simple: "¡Mantener nuestros ojos en Jesús!

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