PERSONAJES DEL EVANGELIO-1

Oración personal profunda en las vidas de algunos personajes del Evangelio



Introducción
Orando solos juntos es un blog arraigado en la espiritualidad carmelita. Hay más de ochocientos años en la tradición de este tesoro de espiritualidad.

Cuando alguien llega a este blog, está buscando una cosa. De una manera u otra, quieren ser felices. Han llegado a la conclusión de que el anhelo en su corazón está relacionado de alguna manera con Dios. Si no están buscando a Dios, incluso de la manera más remota, Internet ofrece una variedad aparentemente interminable de otras opciones.

Hay dos preguntas fundamentales para la búsqueda humana de la felicidad que Praying Alone Together/Orando Solos Juntos espera abordar. Las preguntas son: ¿Hacia dónde vamos? ¿Cómo lo logramos?

Si te tomas un momento para pensarlo, casi todos los días de nuestra vida están impulsados por nuestra búsqueda de una respuesta a estas preguntas. La mayoría de las veces, nuestra búsqueda es completamente inútil. Con demasiada frecuencia, pensamos que estamos en la carretera solo para darnos cuenta que nuestro GPS nos ha llevado a otro callejón sin salida. De vez en cuando encontramos el amor. Entonces sabemos que algo nos está guiando en la dirección correcta.

La espiritualidad carmelita comienza con la conciencia de que Dios nos ama primero y nos ama como somos. Los Evangelios están llenos de historias que revelan esta verdad. Las historias de las mujeres son ejemplos especialmente claros: la mujer samaritana, María Magdalena, la mujer con hemorragia y la mujer sorprendida en adulterio.

Las siguientes reflexiones son una consideración sobre el papel de la oración personal profunda o su ausencia en la vida de varios personajes de los Evangelios. Estas reflexiones ayudan a hacer de la oración personal profunda una realidad concreta tanto para los personajes del Evangelio como para nosotros mismos.

La espiritualidad carmelita nos dice que la mejor manera de ponernos en contacto con Jesús es a través de una profunda oración personal. Aprendemos que la oración es siempre amor que responde al amor. La oración continuamente crea agitación en nuestras vidas y valores. La Oración nos ayuda a conocer a Dios y a conocernos a nosotros mismos. El objetivo final de la oración es estar audazmente enamorado de Dios. La tarea de la oración en este camino de amor es guiarnos por la voluntad de Dios y enseñarnos a vivirla. La oración nos ayuda a entender el mensaje de Jesús que es la verdad liberadora de hacia dónde vamos y cómo llegamos allí. Esta es nuestra peregrinación a Dios.
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