TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Mateo 4:12-23

Estimados amigos, Hoy tenemos nuestra primera selección del Evangelio de Mateo. Jesús introduce dos temas que serán la base de su mensaje a lo largo del año: el reino y el llamado.

Es útil para nosotros recordar la mentalidad de la gente al comienzo de la vida pública de Jesús. Para los judíos, en ese momento, Satanás estaba a cargo. Su poder para el mal se veía en toda la vida: enfermedad, violencia, injusticia, pobreza, división. Del mismo modo, el opresivo Imperio de Roma fue visto como una expresión de este mal. Incluso la turbulencia de la naturaleza fue experimentada como la exhibición de la dominación de Satanás. La esperanza para el Mesías, y su don de liberación, se definió en relación con este control abrumador del poder devastador de los demonios.

Jesús entra en escena en el contexto de aparente impotencia frente al mal. Las primeras palabras de su ministerio público fueron: "Perdón, porque el reino de los cielos está cerca. (Mateo 4:17) En esta declaración, Jesús nos está diciendo que el fin del reinado indiscutible del mal de oscuridad y destrucción está llegando a su fin. En su enseñanza, sus milagros y, sobre todo, en su viday muerte, está llegando un nuevo día. La batalla del bien y del mal, el conflicto constante del amor y el odio, la enfermedad y la salud están ahora en una etapa final. La proclamación del reino por parte de Jesús es el principio del fin. La justicia y la paz, como el grano de mostaza, prevalecerán en última instancia en esta transformación. Jesús dará el golpe final a la muerte en su resurrección.

Estamos llamados a arrepentirnos. Necesitamos abrir nuestros corazones a esta realidad cambiante en la humilde aceptación de nuestra pecaminosidad y el llamado misericordioso de Dios a una nueva vida.

En la historia de la llamada de los primeros discípulos, Jesús nos dice que tenemos un papel en la venida del reino. Nuestra participación es crítica para nuestra salvación. La vida del fiel discípulo de Cristo es básicamente una aceptación de corazón abierto del llamado de Dios al amor que es el reino.

A los primeros discípulos vemos salir de sus barcas y aparentemente todo lo demás, tenemos un modelo de nuestro llamado personal a estar con Jesús. Al igual que Pedro y los demás, la llamada inicial es extremadamente importante. Sin embargo, la historia del Evangelio nos mostrará que la "llamada de Jesús" es un evento que se repite siempre expandiendo la prueba de nuestra generosidad. Aparentemente nunca se termina. Nuestros horizontes nos mantienen inquietos en nuestra búsqueda de seguridad y estabilidad. En Pedro, tendremos un espejo para ver la profundidad de nuestro compromiso que continuamente se queda corto. Su historia es un maravilloso ejemplo de la necesidad de humildad siempre buscando la liberación del engaño, la ceguera y la ignorancia.

Jesús revela la insistencia inquebrantable de Dios. Al mismo tiempo, encontramos una demostración igualmente eficaz de la paciencia y la misericordia de Dios. A pesar de nuestra ambivalencia humana, el llamado divino persiste suavemente. Nuestro fiel caminar con el Evangelio de Mateo nos ayudará a ser fieles al llamado del reino este año.
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