DECIMO QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO


MARCOS 6: 7-13


Estimados amigos, En el Evangelio de Marcos, el retrato de los discípulos es fascinante y desafiante. Al comienzo, son individuos que responden generosamente. Ellos dejan todo y siguen a Jesús. La selección de hoy del capítulo seis es el realce de su respuesta positiva y ministerio exitoso.

Para el resto del Evangelio de Marcos, se nos presenta un panorama confuso de estos hombres. Marcos los presenta como personas que simplemente no entienden. Jesús está en dolores para invitarlos a lo bello y maravilloso del misterio. Ellos están abiertos a los regalos maravillosos. Sin embargo, están profundamente renuentes para dirigir el sacrificio personal que Jesús demanda. Deberíamos ser capaces de vernos en esta actitud tan humana.

Justo después del primer milagro de los panes y pescados seguido por Jesús caminando sobre el agua, Marcos dice “Ellos no entendieron el incidente de los panes. Por el contrario, sus corazones estaban endurecidos.” (Marcos 6: 52)

Luego en el centro del Evangelio, (Marcos 8: 27-35), Jesús les pregunta quién dice la gente que es Él. Pedro responde correctamente pero luego discute por qué Jesús necesita ser rechazado y sufrir. De aquí en adelante, se nos da una descripción de los discípulos como hombres verdaderamente ignorantes y cabeza dura.

Tres veces les dice Jesús que va a Jerusalén a ser rechazado, a sufrir y morir y a resucitar de la muerte al tercer día. Después de cada una de estas proclamaciones tenemos un incidente que despliega la falla total de los discípulos para entender el mensaje central de Jesús como el Mesías Sufriente.

Finalmente, al momento de la crucifixión, todos salen huyendo con temor y pánico. Las negaciones de Pedro resaltan este rechazo total a Jesús. Entonces Marcos muestra la verdadera humanidad de estos hombres imperfectos y quebrantados. “Entonces Pedro recordó las palabras que Jesús le dijo ‘antes que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres veces.’ Él se quebrantó y lloró.” (Marcos 14: 72)

Después de la resurrección tenemos estas sorprendentes palabras del ángel a las mujeres, “Vayan y digan a los discípulos y a Pedro, ‘Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán como Él se los dijo’” (Marcos 6: 7)

Los discípulos iban a tener una segunda oportunidad. Este viaje completo con Jesús empezó en Galilea y ahora Jesús iba a darles una segunda oportunidad para ver si ellos entendían esta vez.

Necesitamos vernos en estos verdaderos seguidores de Jesús. Venimos con buena voluntad y generosidad pero con frecuencia, con mucha frecuencia, simplemente no entendemos. Vivimos tan lejos del ideal del mensaje del Evangelio. Qué maravilloso sería si pudiéramos repetir la vida. Aún si solo tenemos 18 años, ya conocemos algunos de nuestros errores. Si ya estamos sobre los 40, la lista se ha convertido en un libro. Si estamos sobre los 60 años, ahora estamos en camino de formar nuestra propia biblioteca.

Todos necesitamos escuchar esas maravillosas palabras, “Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán como Él les dijo” (Marcos 6: 7)

De hecho, a todos se nos ha dado una segunda oportunidad y muchas más. El Dios de gracia revelado en Jesús nos acepta en nuestro quebrantamiento y siempre está llamándonos a salir de nuestra oscuridad y auto-engaño hacia una nueva luz y vida en Jesús. Jesús no se cansó de los discípulos y no lo hará de nosotros. Como discípulos, necesitamos conocer nuestros quebrantos pero aún más, necesitamos conocer y abrazar la compasión y amor de Dios que nunca deja que la puerta se cierre a una segunda o milésima oportunidad para hacerlo otra vez y hacerlo bien. Necesitamos tener nuestros ojos y corazones fijos en Jesús.
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