Primer Domingo de Adviento

Marcos 13: 33-37

Queridos Amigos, Adviento nos hace ver hacia atrás para que podamos ver hacia el frente. Ambas vistas nos llaman a vivir en el presente.

Isaías es el autor destacado de la temporada de Adviento en el antiguo Testamento. La belleza de su poesía está llena de esperanza por liberación y un anhelo por la expresión final de Dios, de su poder salvífico.

El mensaje de Marcos hoy y en este tiempo de adviento se basa en la confianza fundamental que fluye del mensaje Cristiano. Cristo volverá en gloria y con El vendrá la redención. Un nuevo día se acerca. Marcos es enfático, tenemos que estar preparados. “No sea que llegue de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: estén despiertos.” (Marcos 13: 36-37)

Este anhelo por el regreso del Señor refleja el anhelo apasionado expresado en Isaías. Sin embargo, es increíblemente enriquecido y apoyado por nuestro regalo de la realidad del Evangelio. San Pablo nos dice, “Él los mantendrá firmes hasta el fin, para que estén sin tacha el día en que venga Cristo Jesús, Nuestro Señor.” Así que nos reunimos en nuestras liturgias y en nuestras vidas para proclamar el anhelo de adviento: ¡Ven Señor Jesús!

Mientras tanto, Isaías, San Pablo y Marcos nos tienen un mensaje claro y sencillo. Vivir el hoy en fidelidad con el Señor. Entrar en nuestra realidad. No sabemos del futuro, pero si sabemos del presente. Se nos llama a que vivamos el Evangelio con actos de misericordia y perdón, con preocupación por la justicia y la paz. En la lucha constante, Isaías nos anima con estas palabras “Pero tú, Yahvé, eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, y todos fuimos hechos por tus manos.” (Isaías 64:7)

El adviento nos desafía a mirar las oportunidades perdidas, al tiempo perdido y sin dirección. En esto, todos tenemos más que suficiente que contar. El adviento nos llama a que nos entendamos y vivamos el hoy, en la gracia del momento presente, ya que el mañana está en las manos de Dios. Ciertamente, necesitamos clamar a Dios, ¡Ven Señor Jesús! Pero vivir buscando caminar con Jesús ahora hace nuestro clamor más real y centrado.

Dios es muy capaz de mantener el calendario. Hará su trabajo de terminar el programa en el momento adecuado. Es muy normal que usemos esa pregunta tan familiar en nuestra juventud, ¿ya estamos allí? Dios nos hará saber. Mientras tanto, nuestra tarea es ser fiel al mensaje del Evangelio y expresar el hambre en nuestro corazón para un nuevo día con la hermosa oración de Adviento, ¡Ven Señor Jesús!

En Cristo,
Padre Tracy O’ Sullivan O. Carm
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