EL VIGÉSIMO PRIMER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Lucas 13:22-30

Queridos amigos, La religión es un asunto muy complicado. Mucho egoísmo tiene lugar en el nombre de Jesús. A menudo, lo que parece ser, realmente no lo es, y lo que realmente es, no parece serlo. San Lucas es muy fuerte en la presentación de este tema de la reversión. Hoy, cerramos el Evangelio con otra expresión del tema de inversión a menudo repetido de Lucas: "Porque he aquí, algunos son los últimos que serán los primeros y, otros son los primeros, los que serán los últimos". (Lucas 13:30)

Hay muchos que se llaman a sí mismos cristianos y a menudo se imaginan a sí mismos como guerreros cristianos. Su trabajo principal es atacar los "pecados" de los demás. Están a tiempo completo contra el aborto y los homosexuales, otros son cruzados contra los racistas y los que se oponen a la reforma migratoria. Están ocupados por completo señalando lo horribles que son otras personas. Otros lo convierten en un trabajo de tiempo completo señalando con el dedo a ciertas personas que no siguen las leyes menores de la Iglesia en la liturgia y los sacramentos.

Jesús es bastante claro en estos temas. "¿Por qué notas la astilla en el ojo de tu hermano pero no percibes la viga de madera en tu propio ojo ... Hipócrita, quita primero la viga de madera de tu propio ojo". (Mateo 7:3-5)

Está muy claro que ser ujier o lector o ministro eucarístico o miembro del comité de liturgia o del consejo escolar no son las principales preocupaciones. Jesús nos invita a ser siervos humildes y perdonadores en una Iglesia de pecadores que buscan juntos la misericordia de Dios.

Santa Teresa de Ávila tiene dos enseñanzas fundamentales que abordan el Evangelio de hoy. Jesús nos está diciendo que escuchemos su mensaje y lo vivamos. Para hacer esto, necesitamos conocernos a nosotros mismos. Teresa repite una y otra vez que el camino a Dios se guía ante todo por el autoconocimiento. Necesitamos saber que somos pecadores, pero pecadores que son amados y perdonados. Es por eso que ella dice que la historia de nuestras vidas es siempre, en el análisis final, la historia de la misericordia de Dios.

Este tema de la misericordia ha estado en el centro del mensaje del Papa Francisco que ha deleitado e inspirado al mundo. Dijo recientemente que ser cristiano no es nunca caer y fracasar. Es levantarse de nuevo y abrazar la misericordia de Dios que siempre está ahí para nosotros.
Compartir: