LUCAS 2: 41-52
Estimados amigos, es importante lanzar la imagen de la estatua plástica de María para descubrir su verdadera belleza en los muchos problemas que ella tuvo en su vida. Ella no andaba caminando por la vida con un libreto pre arreglado. Para ella, como para nosotros, la vida es una larga búsqueda pasando por la confusión y el quebranto de la realidad.
Uno de mis autores favoritos ofreció una gran visión de la humanidad de María en su descripción de la familia de Nazaret.
Al principio hubo el aislamiento de una abrumada adolescente embarazada y un hombre prometido que se sentía rechazado. El nacimiento del niño estuvo rodeado por la pobreza y la intriga política. En la presentación la madre recibió la advertencia del gran dolor que estaba por venir. La familia se volvió refugiada política en un país extranjero. A su regreso, fueron desarraigados otra vez a causa del temor y la inseguridad. El jovencito llevó a sus padres a la desesperación cuando empezó a aclarar su identidad en el templo. La madre estaba confundida por la aparente indiferencia de su hijo en Caná. Luego siguió perpleja cuando las actividades de Él estuvieron en tal conflicto con las tradiciones de la villa y de la familia. Ella incluso acogió a otros como verdadera madre. Luego Él fue rechazado y ejecutado en la cima de su popularidad. Ella fue entregada a alguien fuera de la familia en el momento de su crucifixión y muerte.
Verdaderamente, María no tenía idea de lo que el mensaje del ángel tenía guardado para ella. Por otro lado, la mayoría de familias se enfrentan con esta clase de disrupciones y con el caos completamente inesperado. Es necesario caminar el viaje en amor fiel dentro de los confines de una humanidad quebrantada y pecaminosa.
El amor demanda que la familia sea fuente de identidad y también la fuente de la independencia. Esto es lo que contiene las semillas del “camino a Jerusalén” para todos los miembros de la familia.
María seguramente no comprendía las consecuencias de su “Hágase en mi según tu palabra” (Lucas 1: 38). A pesar de todo, ella vivió la vida con la continua apertura al misterio de la presencia de Dios en la vida. Para María, como lo es para nosotros, esa presencia amorosa empieza y es apoyada por nuestras relaciones en la familia. Necesitamos creer y confiar que Dios usa el poder de las relaciones dentro de la familia en toda su fragilidad humana para ser un lugar de nacimiento de vida y amor. Por su mera naturaleza, la familia en todas sus complejidades es la fuente del amor más profundo y de las heridas consumidoras. Es un lugar especial para encontrar que Dios se sigue encarnando en medio de nosotros. Solamente el amor lo abre para ser origen de la verdadera vida y felicidad.
Hoy no es un día para lamentarse de todas las dificultades y cargas de la vida de familia. Más bien, esta fiesta desafía a cada familia a estar abiertos a los siempre nuevos horizontes que son el regalo de la vida de familia. Ya sea que es el primer pañal o el primer día en el hogar de ancianos, es un misterio que solamente abre a su verdadera belleza con amor y auto sacrificio. María comprendió la profundidad de esta maravilla y no importó cuales fueran sus circunstancias. Ella es otra vez nuestro modelo de verdadera discípula en su sencillez de verdadera vida humana vivida en amor y generosidad.
Uno de mis autores favoritos ofreció una gran visión de la humanidad de María en su descripción de la familia de Nazaret.
Al principio hubo el aislamiento de una abrumada adolescente embarazada y un hombre prometido que se sentía rechazado. El nacimiento del niño estuvo rodeado por la pobreza y la intriga política. En la presentación la madre recibió la advertencia del gran dolor que estaba por venir. La familia se volvió refugiada política en un país extranjero. A su regreso, fueron desarraigados otra vez a causa del temor y la inseguridad. El jovencito llevó a sus padres a la desesperación cuando empezó a aclarar su identidad en el templo. La madre estaba confundida por la aparente indiferencia de su hijo en Caná. Luego siguió perpleja cuando las actividades de Él estuvieron en tal conflicto con las tradiciones de la villa y de la familia. Ella incluso acogió a otros como verdadera madre. Luego Él fue rechazado y ejecutado en la cima de su popularidad. Ella fue entregada a alguien fuera de la familia en el momento de su crucifixión y muerte.
Verdaderamente, María no tenía idea de lo que el mensaje del ángel tenía guardado para ella. Por otro lado, la mayoría de familias se enfrentan con esta clase de disrupciones y con el caos completamente inesperado. Es necesario caminar el viaje en amor fiel dentro de los confines de una humanidad quebrantada y pecaminosa.
El amor demanda que la familia sea fuente de identidad y también la fuente de la independencia. Esto es lo que contiene las semillas del “camino a Jerusalén” para todos los miembros de la familia.
María seguramente no comprendía las consecuencias de su “Hágase en mi según tu palabra” (Lucas 1: 38). A pesar de todo, ella vivió la vida con la continua apertura al misterio de la presencia de Dios en la vida. Para María, como lo es para nosotros, esa presencia amorosa empieza y es apoyada por nuestras relaciones en la familia. Necesitamos creer y confiar que Dios usa el poder de las relaciones dentro de la familia en toda su fragilidad humana para ser un lugar de nacimiento de vida y amor. Por su mera naturaleza, la familia en todas sus complejidades es la fuente del amor más profundo y de las heridas consumidoras. Es un lugar especial para encontrar que Dios se sigue encarnando en medio de nosotros. Solamente el amor lo abre para ser origen de la verdadera vida y felicidad.
Hoy no es un día para lamentarse de todas las dificultades y cargas de la vida de familia. Más bien, esta fiesta desafía a cada familia a estar abiertos a los siempre nuevos horizontes que son el regalo de la vida de familia. Ya sea que es el primer pañal o el primer día en el hogar de ancianos, es un misterio que solamente abre a su verdadera belleza con amor y auto sacrificio. María comprendió la profundidad de esta maravilla y no importó cuales fueran sus circunstancias. Ella es otra vez nuestro modelo de verdadera discípula en su sencillez de verdadera vida humana vivida en amor y generosidad.
