Vigésimo Séptimo Domingo del Tiempo OIrdinario


MARCOS 10: 2-16


Estimados amigos,

Esta es una selección muy compleja del Evangelio. La conclusión de las dos secciones era una lección radical y molesta por parte de Jesús. Una de esas que incluso los primeros cristianos tenían problemas para aceptar. Era mucho más profundo que el problema del divorcio. Destruyó una verdad muy querida ese dia: las mujeres y los niños son propiedades. Jesús está señalando que son seres humanos hechos a imagen de Dios.

La enseñanza de Moisés sobre el divorcio era clara. Estaba permitido. La cuestión legal, en el tiempo de Jesús, era dicha razón.

Los fariseos estaban tratando de atrapar a Jesús al mostrar que Él estaba en contra de la ley de Moisés. Sabiendo que Moisés concedía el divorcio debido a la dureza de corazón, Jesús apeló al plan original de Dios en el Génesis, “y los dos se volverán un solo cuerpo.” (Génesis 2: 24)

En el centro del problema está la negación de la dignidad de la mujer. En la interpretación de la ley y en la práctica general de aquel tiempo las mujeres eran consideradas como una propiedad. El hombre podía desecharla a voluntad. La enseñanza de Jesús ataca este entendimiento básico. Todas las tecnicalidades del divorcio evolucionan en un desorden de la realidad humana de gente pecadora. Jesús siempre está movido más allá de las cosas agradables y de la legalidad. Jesús nos está invitando a ir más profundo en el problema básico, “Dios creó al hombre a su imagen, a su divina imagen los creó; hombre y mujer los creó." (Génesis 1: 27)

En Marcos 10: 12 Jesús reconoce los derechos y dignidad de la mujer cuando dice, “Si ella se divorcia de su esposo y se casa con otro, ella comete adulterio.” Aun en esta fórmula negativa, Jesús está haciendo la aplastante declaración sobre la dignidad y derechos de la mujer. Ella no es propiedad. Ella tiene el derecho a una voz en el siempre complicado tema del divorcio. Esto demolió completamente el contexto legal del matrimonio en aquel tiempo.

Jesús continua las proclamaciones que fueron destructivas en la querida mentalidad del patriarcado. Él confronta a los discípulos en su maltrato a los niños.

Justo antes de esta escena, Marcos 9: 36-37 Jesús había bendecido a un niño y dijo que quien recibe a un niño a Él lo recibía. En la selección de hoy de Marcos, Jesús agrega: “Dejen que los niños vengan a mí; no se los impidan, porque el reino de Dios le pertenece a los que son como ellos. Y les digo a ustedes que quien no acepta el Reino de Dios como un niño, no entrará en el.” (Marcos 10: 16)

La vida y sus necesidades son un regalo puro para cada niño. La dependencia es una realidad en su existencia. Jesús está enseñandonos que en una forma similar, el reino de Dios es un regalo puro para cada uno. Todos necesitan simplemente abrir su corazón en conversión para recibir el amor ilimitado e incondicional de Dios. Es un regalo que va más allá de cualquier mérito de nuestra parte. Necesitamos ser como niños para aceptar nuestra dignidad como niños de parte de nuestro Dios de amor y de gracia revelado en el Cristo crucificado y Cristo resucitado.
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