Primer domingo de adviento

MARCOS 13: 33-37 


Queridos amigos, Adviento nos tiene mirando hacia atrás y así podemos mirar hacia adelante. Ambas vistas nos llaman a vivir más intensamente en el presente.

Miramos hacia atrás por medio del profeta Isaias. Su mensaje de esperanza es un elemento central en el mensaje de adviento. Miramos hacia adelante a la venida de Jesús. En las primeras tres semanas, esta venida es presentada como la realidad de nuestras vidas abiertas hacia el futuro con su expresión temporal final en la venida del Señor. En los días de cierre del adviento, cambiamos los atavíos para enfocarnos en la celebración del misterio del Verbo hecho carne en la temporada de Navidad.

A diferencia de los domingos finales del año litúrgico anterior y su mensaje del final de los tiempos, la proclamación del adviento es todo sobre la profunda y apasionada llamada de la temporada, “Ven Señor Jesús”.

Hay tres maneras de buscar las palabras de Jesús para la temporada de adviento. “Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: estén despiertos.” (Marcos 13: 37)

A través de la historia los pueblos han usado la directiva de permanecer despiertos como una interpretación de infundir temor respecto a los acontecimientos actuales. La tradición cristiana más auténtica reconoce que habrá una finalidad para el tiempo como lo sabemos. Sin embargo, no hay vida en el hecho de ser consumido por el temor y en la inquietud. Una respuesta más significativa es para que nosotros estemos alertas pero en el contexto de la fidelidad para caminar con Jesús en nuestra vida diaria.

Una segunda forma de ver este mandato de estar alertas ofrece esta visión. Las esperanzas para el futuro son traídas al contexto de nuestros compromisos diarios. Aquí otra vez, hay un fuerte énfasis sobre la venida pero está arraigada en la realidad de la vida de uno al vivir el Evangelio.

El tercer enfoque nos vería abrazando la voluntad de Dios en un conjunto concreto de responsabilidades y relaciones que son sustancia de nuestra realidad. Aquí la venida es vista en las especificaciones de mi responsabilidad cristiana. La venida es disminuida en una vista futura y convertida en un energizante de mis compromisos en mi búsqueda para seguir a Jesús.

Estas tres elecciones ofrecen una vista parcial en el mensaje de Adviento de “Ven Señor Jesús”. Juntos, estar alertas o despiertos y la venida son el verdadero mensaje de Adviento. Ambos tienen poco que ver con cualquier temor histérico del futuro pero son una verdadera esperanza llena de anhelos por el Nuevo Dia de libertad, reconciliación, justicia y paz.

El Adviento nos desafía a buscar las oportunidades perdidas, el tiempo desperdiciado y mal dirigido. Todos tenemos más que suficiente con que contar. El Adviento nos llama a reunirnos y vivir el hoy, en la gracia del momento presente ya que el mañana está en las manos de Dios. En verdad necesitamos gritar, ¡Ven Señor Jesús! pero una vida buscando caminar con Jesús hace nuestro grito más real y enfocado.

Dios es muy capaz de mantener el horario. Él hará su trabajo para finalizar el programa en el tiempo apropiado. Es muy normal para nosotros usar esa pregunta tan familiar de nuestra juventud, ¿ya estamos ahí? Dios nos permitirá saberlo. El Adviento nos permite saber que nos estamos acercando. Mientras tanto, nuestra tarea es permanecer fieles al mensaje del Evangelio para mantener nuestra vida en orden y expresar el hambre en nuestro corazón para la presencia sanadora con la bella oración de Adviento, “Ven Señor Jesús.” 

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