TERESA Y EL PURGATORIO-II


El clásico de Teresa de Ávila, El castillo interior, trata sobre la purificación y la transformación en la peregrinación a Dios. Tiene una extraña similitud con el papel del purgatorio en nuestra salvación. Las siguientes cinco reflexiones buscan desarrollar algunos elementos positivos a este respecto. En resumen, es nuestra invitación a una vida espiritual más profunda y productiva.


SEGUNDA PARTE

El purgatorio como purificación


El purgatorio no es un tema candente entre los creyentes en estos días. Tradicionalmente se ha visto mucho más en términos negativos que positivos. Sin embargo, nuestra comprensión común del purgatorio está en proceso de cambio. Se está alejando de la idea del castigo a la idea de la purificación. Esto es parte de una transición de una imagen de Dios como vengativo a Dios como misericordioso. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma esto sobre el purgatorio. "Todos los que mueren en la gracia y amistad de Dios, pero aún imperfectamente purificados, tienen asegurada su salvación eterna; pero después de la muerte se someten a la purificación para alcanzar la santidad y entrar en el gozo del cielo". (CCC #1030)

Esta idea del purgatorio como purificación es mucho más atractiva que la visión anterior al Vaticano II de un pago inicial final como castigo por nuestros pecados. Está mucho más en sintonía con la imagen de Dios que Jesús nos ofrece en la experiencia del hijo pródigo. Nuestra pecaminosidad está completamente abrumada por el amor y la misericordia de Dios. Simplemente necesitamos vestirnos para la fiesta. Cualquier retraso intrascendente no tiene comparación con nuestra posesión del verdadero destino de nuestro corazón: la vida eterna envuelta en amor. En esta perspectiva general, el purgatorio trasciende cualquier posible expresión de felicidad humana que esté necesariamente envuelta en los límites de la mortalidad. Es por eso que debemos atesorar la invitación del Castillo Interior a buscar la unidad con Dios en nuestra vida diaria en este momento.

Purificación ahora y no más tarde

El Castillo Interior es una maravillosa invitación a la espiritualidad cristiana. Teresa presenta un esquema inspirador de lo que realmente es la experiencia humana. Ella tiene mucho que decir acerca de la purificación que refleja la realidad del purgatorio. La gran diferencia es que esta purificación tiene lugar en esta vida con nuestra cooperación y sumisión antes de la muerte. La alternativa es una indiferencia egoísta al amor y al llamado de Dios. Su énfasis está en la belleza y el dominio de la purificación en esta vida en lugar de la siguiente.

Teresa tiene claro que Dios es nuestro destino. Sin embargo, nunca alcanzaremos ese llamado divino sin purificación y transformación. En resumen, esto sucede cuando alejamos nuestra energía y compromiso de nosotros mismos y los dirigimos a Dios. Teresa describe este viaje en los siete pasos que ella llama lugares de morada. Las dos principales fuentes de energía en este esfuerzo santo son la oración y una experiencia de vida arraigada en la virtud que fluye de nuestra fidelidad a Jesucristo. El camino a seguir en El Castillo Interior es una forma de purificación. En las tres primeras moradas, la iniciativa humana es la principal fuente de progreso. Luego viene el interruptor contemplativo donde Dios comienza un papel especial en la purificación del individuo y la transformación en la contemplación. Este es realmente otro tipo de purgatorio que conduce a lo más cercano al cielo en esta vida. Esto ocurre en las últimas cuatro moradas.

El autoconocimiento lidera el camino

En las enseñanzas de Teresa en la tercera morada, ella enfatiza las fuentes ocultas del mal que arrastran a la persona al autoengaño y al egocentrismo. Ella no duda en proclamar una imagen verdaderamente cruda del quebrantamiento de la condición humana. Sólo el autoconocimiento que conduce a la humildad abre un camino para salir de estas profundidades de miseria y ceguera. La oración que conduce al autoconocimiento y la humildad nos lleva a la luz purificadora de Dios. Esto conduce a la libertad a medida que nos acercamos gradualmente a nuestro futuro permanente en Dios.

Liberarse de la esclavitud del pecado y el ensimismamiento tiene consecuencias muy positivas en nuestra vida. La oración fiel y una vida virtuosa y comprometida resultan muy productivas. Podemos describir estos nuevos desarrollos como crecimiento en nuestra vida espiritual. Un análisis más profundo nos mostrará que es la actuación de Dios en nosotros lo que nos purifica y transforma. Esta es nuestra preparación para el Reino preparado para nosotros por nuestro Salvador crucificado y resucitado.

Las siguientes dos reflexiones intentarán mostrar cómo The Interion Castle establece un GPS activo para este proceso de purificación y transformación. Sucede en la interacción de la oración y una vida virtuosa....
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