LA CRISIS DE LA NOCHE OSCURA Y ELÍAS NUESTRO MODELO-05


Sección uno

Para La Noche Oscura de Juan de la Cruz, la contemplación y la acción de la transformación de Dios en nuestras vidas son realidades íntimamente conectadas. Para Juan, “La contemplación no es otra cosa que una pacífica, secreta y amorosa infusión de Dios, la cual si el alma le permite pasar, infunde un espíritu de amor.” (La Noche Oscura 1.10.6)

Los sentidos, la mente, el corazón y el ser completo necesitan estar preparados para esta nueva acción de Dios. Esta es la tarea de la Noche Oscura. Como vemos a Dios, y más aún, cómo experimentamos a Dios es ahora sometido a un cambio completo. Nuestro auto entendimiento es desafiado profundamente para entrar a las profundidades no exploradas. Ahora estamos dejando ir y haciendo espacio. Los apegos preciados largamente y las profundamente arraigadas adicciones están cayendo por los lados. El falso ser está comprometiendo todos sus recursos en un intento final contra el poder del amor. Este movimiento gradual de toda una vida de oscuridad lleva a mucha más luz en el regalo de la contemplación.

El resultado inmediato de este torbellino de cambio es una embestida de confusión personal que lentamente da paso a una paz absorbente. En este nuevo y profundo encuentro con Dios, rendición y aceptación son los caminos para avanzar. Dejar ir y permitir a Dios se toma en una intensidad totalmente diferente. Hay un grado novedoso de claridad de quién es Dios para nosotros y cómo lo experimentamos. En lugar del gran progreso, muchos otros niveles de crecimiento aún nos esperan en esta peregrinación hacia Dios.

Este crecimiento espiritual usualmente sucede en medio de una crisis personal. Nos preguntamos, ¿vale la pena toda la lucha? ¿Cómo puede mantenerme fiel cuando estoy viendo rechazo aparente y fallas en muchos niveles? Todos los esfuerzos familiares por manipular a Dios para proteger nuestros planes no funcionan más. Estamos ahí parados y desnudos en nuestra condición de criaturas. Las limitaciones nos aplastan por todos lados.

Debajo de la confusión personal y la ansiedad está la Noche Oscura y la Contemplación, esta extraordinaria acción de Dios. Sencillamente no estamos preparados. Nuestros sentidos y nuestra mente, y especialmente nuestro corazón, necesitan ser purificados para la abrumadora nueva realidad de los nuevos compromisos de Dios dentro de nosotros. Ahora el lenguaje divino del silencio está dominando. Teresa lo explica de esta manera: Nuestros pensamientos vagan por las afueras levantando todo tipo de estragos mientras que en nuestro centro el alma puede estar completamente unida con Dios. No lo vemos porque nuestro ser completo necesita purificación para funcionar a este nuevo nivel de actividad divina.

La transformación que estamos viviendo está cambiando radicalmente como nos relacionamos con los demás, con el mundo y con Dios. Estos cambios profundos en nuestro ser nos permiten experimentar a Dios en una manera que nos libera y crea una nueva apertura a la voluntad de Dios.

Hay una llamada al amor que nos apremia a trabajar por la justicia y la paz. Ahora sentimos el dolor de la creación de Dios que es tan abusada en nuestro tiempo. El llanto de los pobres y de la creación no son una amenaza sino una invitación a la acción. Los Carmelitas tienen una bella descripción de esta interacción de la Noche Oscura y la contemplación en sus Constituciones, # 17 “La contemplación es una experiencia transformadora del amor todopoderoso de Dios. Este amor nos vacía de nuestras limitadas e imperfectas formas humanas de pensar, de amar y de comportarnos, transformándolas en maneras divinas.”

Al final, la Noche Oscura se une con la contemplación para liberarnos para seguir a Jesucristo de una manera completa y generosa.

En la segunda sección de esta reflexión, vamos a ver al profeta Elías como un modelo para el viaje desconcertante de La Noche Oscura que lleva a la contemplación.

Sección dos

ELÍAS EL CONTEMPLATIVO


Elías, junto con María la Santa Madre, son los modelos de los Carmelitas. Parte de la historia de Elías en el primer libro de Reyes es un ejemplo revelador del pasaje a la contemplación. Elías acaba de experimentar un magnífico triunfo contra los profetas falsos del dios Baal en el Monte Carmelo. Durante este conflicto Elías ha desafiado al pueblo para elegir: “¿Cuánto tiempo le darán vueltas al asunto? Si el Señor es Dios síganlo; si es Baal, síganlo.” (I Reyes 19-21)

Después de la gran conquista de Elías, hay un cambio irónico de eventos. De repente, aparece en escena la Reina Jezabel. Ella promete matar a Elías antes que se ponga el sol. En una negación salvajemente incongruente de todo el poder de su conquista y triunfo en el Monte Carmelo, Elías huye en temor y desesperación. En el viaje, cae por el agotamiento físico y emocional. Dios le envía un ángel para darle alimento y esperanza para moverse al Monte Horeb.

En el Monte, Elías tiene una experiencia religiosa totalmente fuera de su bien definida conciencia religiosa y expectativas. Aplasta su estabilidad intelectual y emocional. Dios no llegó en la manera usual de la tradición religiosa. “Entonces el Señor dijo, “Sal fuera y quédate en el monte ante el Señor; el Señor pasará, un viento fuerte y violento pasa delante hiende los montes, parte las rocas pero el Señor no está en el viento. Después del viento viene un terremoto pero el Señor no está en el terremoto; después del terremoto un fuego, pero el Señor no está en el fuego.” (I Reyes 19: 11-12)

En su confusión, Elías tuvo que lidiar con el colapso de sus expectativas. Los encuentros familiares previos de los israelitas con Dios quedaron vacíos. Todo lo que Elías podía hacer era esperar en desolada paciencia, una salida radical de la claridad y el poder de su reciente victoria sobre los falsos profetas en el Monte Carmelo.

“Después del fuego se sintió el murmullo de una suave brisa. Cuando Elías la oyó se cubrió el rostro con el manto, salió y se mantuvo a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz, “¿Elías, que haces aquí? Él respondió “ardo de indignación por el Señor.” (1 de Reyes 19: 12-14)

Antes, mientras disfrutaba de la autocompasión, Elías le dijo a Dios que él era el único profeta fiel en todo Israel. Ahora Dios le informa gentilmente que estaba equivocado en la cuenta. Dios dijo que hay otros 7,000 que han permanecido fieles. Dios ahora tiene una tarea para Elías. Él debe pasar una doble porción de su espíritu a Eliseo y hacerse a un lado.

Esta es una historia de autoconocimiento, humildad y entrega. Con estos regalos Elías era capaz de verse a sí mismo en la luz de Dios. Ahora él era libre. Aunque él no estaba en control, tenía nuevo poder, más que nunca. Este fue su regalo de contemplación.
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