LA VISIÓN DE TERESA DE ÁVILA SOBRE LAS ADICCIONES


Viajando más Profundo en la Complejidad de las Adicciones
II 

Como un psiquiatra experimentado, Gerald May trae una abundancia de sabiduría en sus enseñanzas sobre adicciones. Su preocupación principal es espiritual. Él usa la ciencia con destreza considerable al perseguir su meta de iluminar. Una de sus mayores contribuciones a la ciencia y a la espiritualidad son todas las adicciones, grandes y pequeñas, que privan al individuo de libertad y llenan el espacio en el corazón que se espera es para Dios.

Es muy difícil para muchos el darse cuenta que un programa favorito en televisión, la impaciencia en la fila del supermercado o una necesidad de ser reconocido por su trabajo tiene algo que ver con la vida espiritual de uno. May es enfático en que todas las adicciones de cualquier tamaño, intensidad o duración son significativas en la búsqueda de Dios.

Algunas consideraciones más profundas sobre las adicciones serán de mucha ayuda al desplegar la conexión de las adicciones a nuestra vida espiritual. Mientras se define la adicción como algo compulsivo, comportamiento habitual que limita la libertad y el deseo humano, May señala que es la acción que es verdaderamente importante en la adicción. El deseo por el alcohol no define a un alcohólico. El exceso regular en la bebida si lo define.

Aquí hay cinco características importantes de cualquier adicción:
  • Tolerancia: siempre queremos más de aquel producto de comportamiento adictivo. Al final, cualquiera que sea la meta de la adicción, se vuelve consistentemente más difícil de alcanzar. Esto expone una más profunda pero insatisfecha hambre. Esta es una dimensión verdaderamente fea de la adicción.
  • Síntomas de abstinencia: hay dos. Reacción de estrés y reacción de contragolpe. En la reacción de estrés, el cuerpo reacciona a la pérdida del comportamiento adictivo en grados que varían de intensidad. En la de contragolpe, la persona siente lo opuesto de la meta deseada de la adicción.
  • Autoengaño: la mente está luchando contra sí misma para evitar la pérdida de su “fijación.” Entonces crea “juegos mentales” para distorsionar y engañar cualquier cosa que pudiera privarla de la satisfacción. La mente detesta la posibilidad de cambiar lo ya incorporado con la abstinencia. Es ingeniosa para crear excusas para mantener soporte completo para la adicción.
  • Pérdida de la fuerza de voluntad: un engaño fundamental o “truco de la mente” de la adicción es enfocar la atención en la fuerza de voluntad. La intención de parar al decir, “yo puedo manejarlo” es el camino seguro para preservar la adicción. El movimiento de alejarse de la fuerza de voluntad y rendirse y entregarse a la gracia es una de las grandes visiones de las enseñanzas de May.
  • Distorsión de la atención: la adicción absorbe nuestra atención para distraer nuestra mente y nuestro corazón del poder destructivo de las adicciones. Nos aleja del sendero de amor por el prójimo y especialmente por Dios.

LA VISIÓN DE TERESA DE ÁVILA SOBRE LAS ADICCIONES

La visión fundamental de Teresa de Ávila sobre la humildad es relevante para el problema de la adicción. Su larga lucha para buscar a Dios la llevó al autoconocimiento y a la honestidad. Para su sorpresa, fue su debilidad la que la llevó a aceptar su pobreza esencial abriendo el camino hacia Dios. Esta lucha de casi dos décadas le señaló la sencilla y abrumadora verdad: Dios es Dios, y yo soy su criatura. Dios, sin embargo, es un Dios amoroso y misericordioso y yo soy criatura pecadora pero perdonada y amada. Yo vivo en un mar de la abrumadora misericordia de Dios.

La puerta de Teresa en esta verdad tan fundamental fue una vida de oración y sacrificio llevándola a una constante búsqueda de la voluntad de Dios y un verdadero autoconocimiento. Ella fue más allá de las palabras a la realidad de la bella declaración: “Dejar ir y permitir a Dios.” La llevó a ella a la humildad que lleva a reconocer a Dios como amoroso y de perdón. Nosotros somos recipientes de ese mismo amor divino y misericordia. En el contexto de este mensaje que define la vida de Teresa, la solución para el comportamiento adictivo es clara. Aceptamos nuestra realidad que hace la búsqueda de la voluntad de Dios tan difícil para nosotros. Enfrentamos nuestra debilidad, nos entregamos a la amorosa voluntad de Dios. En esta lucha, eventualmente somos libres no por nuestra fuerza de voluntad sino por nuestra entrega a la amorosa misericordia y gracia salvadora de Dios.

Yo traté de dejar la bebida cientos de veces. Entonces Dios habló en la forma de una revista que tenía un examen para determinar si uno es alcohólico. Yo fallé miserablemente. Como un gran elefante en el cuarto, tan visible para otros por tanto tiempo, de repente estaba como atrapado entre la espada y la pared. Estaba en shock. Eso llevó a un viaje de autoconocimiento y oración que incluía la ayuda especial de mi comunidad. La determinación de mis nudillos blancos para dejar de beber nunca funcionó. Lo hice, sin embargo, dejé de beber por la gracia de Dios.

Ahora estoy libre de luchas en humildad con un masivo número de adicciones que siguen llevándome lejos de mi libertad. La gracia está en la lucha.
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