VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

"La caridad ve la necesidad no la causa"

MARCOS 10: 35-45


Estimados amigos, hoy tenemos el tercer episodio de Marcos sobre Jesús con los discípulos en el camino a Jerusalén. Cada vez que Jesús anuncia su pasión y muerte, seguido por un incidente muestra a los discípulos en un estado de shock por la ignorancia. Esto lleva a Jesús a compartir un elemento verdaderamente iluminador del mensaje de su Evangelio.

Nosotros somos la población que es el blanco de este genio literario de Marcos. Por el tiempo en que Marcos estaba escribiendo, los discípulos no solamente ya habían entendido el mensaje de Jesús sino que también habían vivido y muerto por él en una forma heroica.

El pasaje de hoy esta precedido por la predicción más detallada de la pasión y muerte. De hecho, en la historia de Marcos, el viernes Santo fue solamente seis días más tarde.

Es difícil entender la testarudez y la ambición cegadora expresadas por Juan y Santiago. Es totalmente contraria a las enseñanzas de Jesús. La mentalidad de los hermanos era compartida por los otros diez. Era seguramente un caso para como para crear una imagen de Dios de la pasión y hambre de la ambición personal.

Considerando todo el tiempo y la inversión de Jesús en los discípulos, la paciencia de Jesús con Santiago y Juan está verdaderamente más allá de lo espectacular. La misma paciencia asombrosa es también nuestro regalo. Sin embargo, hay un tiempo límite en ello. Necesitamos más que la fe y la confianza en un Dios que cuidara de nosotros y nos ayudara con nuestros planes para nuestra felicidad.

Marcos tiene un tremendo desafío para nosotros. Necesitamos no solamente en su pasión y muerte, necesitamos compartir en ese sufrimiento de salvación. En el primer episodio, Jesús nos dice que necesitamos estar abiertos a todo lo que trae la vida de una manera que seguramente involucrara tomar nuestra cruz en todo momento. La segunda llamada para compartir con Jesús la muerte salvadora es aceptar a todos nuestros hermanos y hermanas con una inclusividad que esté siempre en expansión. Finalmente, hoy estamos llamados a una vida de servicio, especialmente en nuestro liderazgo. Este programa de tres páginas es el centro del Evangelio donde los primeros son los últimos, el más pequeño de todos es igual de importante y el verdadero poder es el servicio a los demás. Esto es compartir genuinamente en el mundo al revés de Jesús revelado en su vida, pasión, muerte y resurrección. En este mundo, la grandeza significa ser el más chico de todos. Ser el líder, el que tiene poder, encuentra el verdadero significado solamente en el servicio.

La declaración de Jesús en Marcos 10: 45 es una de las más profundas en todas las escrituras. “El Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate de muchos.”

No cabe duda, estamos muy lejos de esta humildad. Sin embargo, la bondad absoluta de Jesús constantemente está llamándonos a salir de nuestro mundo de conveniencia, comodidad y consumo a uno más rico y dador de vida, de sacrificio y servicio. Justo como los discípulos, empezamos en la oscuridad y la ignorancia. Sin embargo esta peregrinación hacia Dios con Jesús solamente pide que demos un paso a la vez en nuestro camino a Jerusalén. Veremos que ese siguiente paso en amor auto sacrificado y servicio en nuestras responsabilidades diarias y relaciones es más fácil.
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