LA PREGUNTA DE JESUS -2


Sobre el amor Jesús es: por nosotros y para nosotros. Esta es la última verdad humana: el amor de Dios por nosotros revelado en el Cristo crucificado. Nuestra salvación está en aceptar este amor al seguir a Jesús.

En La Alegría del Evangelio, el Papa Francisco lo pone de esta manera: “Todas las verdades reveladas derivan de la misma fuente divina y son para ser creídas con la misma fe, aunque algunas de ellas son más importantes por dar una expresión directa al corazón del Evangelio. En este centro básico, lo que brilla adelante es la belleza del amor salvador de Dios manifestado en Jesús que murió y resucitó de entre los muertos.” (La Alegría del Evangelio # 36)

Esta aceptación madura del mensaje del Evangelio nos invita, primero que todo, a ver en el amor de Dios por nosotros la demanda para ir hacia adelante por nosotros mismos para buscar el bien de los demás. Esta prioridad de amor por los demás es la base de toda enseñanza moral que fluye de la verdad central del Evangelio de Cristo Jesús.

Solamente en el Jesús de los Evangelios podemos encontrar el derecho genuino en nuestra fe cristiana. Siempre hay decepciones e imperfecciones culturales empujándonos hacia una ruta más fácil. Quedará en nuestro revolver y distorsionar las demandas de caridad fraternal o de oración honesta. Ser negligentes en las demandas de justicia o nuestro apego a nuestras posesiones o el poder del ego son cánceres constantemente atacando nuestro compromiso con el Evangelio. También está el impulso de hacer de la práctica religiosa una fuente de prestigio personal, poder y aún de control sobre los demás. Estos y otros numerosos puntos y presiones, están buscando constantemente distorsionar la verdad del Evangelio. Siempre necesitamos regresar a Jesús por la luz y la verdad, no importa que tan incómodo o demandante sea. Solo Jesús es la fuente de toda verdadera integridad en la vida.

A la luz de la experiencia con el Covid-19, todos tenemos la oportunidad de responder nuevamente a la pregunta de Jesús. El cómo respondemos a lo que Jesús es para nosotros es la clave para nuestro futuro. Nuestra respuesta a Jesús contiene dos cosas, un tesoro y un desafío para todos nosotros.
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