Decimoséptimo Domingo del tiempo Ordinario


Lucas 11: 1-13


Estimados amigos,

Hoy, tenemos la versión de Lucas del Padre Nuestro. Esta oración especial es la culminación y la expresión más profunda de todas las oraciones en la Biblia. Ha sido descrita como un resumen de todo el Evangelio.

Con el pasar de los siglos, los santos, y particularmente los doctores de la iglesia, han cantado sus alabanzas. Santo Tomás de Aquino la llamó la oración del final de los tiempos. En nuestro tiempo presente experimentamos el misterio de salvación en lo que ha sido descrito como “Ya pero aún no.” Esto significa que el Misterio Pascual de la muerte y resurrección de Cristo ha cumplido nuestra salvación. Aunque aún estamos en un proceso de seguir adelante con el cumplimiento de la realidad en nuestra vida cristiana y el destino final de la historia humana. Nos estamos moviendo hacia la plenitud del Reino de Dios, la restauración de la inocencia original. Todavía permanece como objeto de esperanza, un tiempo donde seremos completamente libres de las consecuencias del pecado: no más enfermedades, división, odio, violencia, ignorancia, pobreza deshumanizante, prejuicio y finalmente la muerte le da paso a la vida eterna. El punto de Santo Tomás es que el Padre Nuestro es una oración para la venida del Nuevo Día y la Nueva Creación que es el Reino de Dios.

Cuando Jesús dio el Padre Nuestro a sus seguidores, les estaba ofreciendo una forma de vida. Esta oración fue una guía de cómo ellos iban a vivir y a relacionarse con Dios. Esta es la oración para aquellos que desean caminar con Jesús en el viaje hacia el Reino.

Padre Nuestro

El gran regalo de Jesús es que nos hemos vuelto hijos adoptados, permitiéndonos dirigirnos a Dios como Padre. Al dirigirnos al Padre, Lucas tiene a Jesús usando el término “Abba” y nos invita a hacer lo mismo. Esta es la expresión más íntima y familiar que un niño puede usar al dirigirse a un padre. Mateo usa el término que nosotros traducimos como “Padre” Este término es más distinguido y majestuoso. Ambos evangelistas nos dirigen dentro del gran misterio que Jesús revela en el Padre Nuestro.

El término “Nuestro” nos identifica como parte de la familia de Dios. Jesús está creando una comunidad de creyentes para compartir su relación con el Padre. Todas nuestras oraciones incluyen las necesidades personales pero también toman en cuenta a todos los hijos de Dios. Todas las peticiones en esta oración son comunales tanto como personales.

Santificado Sea Tu Nombre

Santificado significa hacer santo. La petición aquí es que reconociendo la santidad de Dios nosotros respondamos a esa divina santidad. Estamos llamados a ser testigos de la santidad de Dios conforme seguimos los pasos de Jesús en busca de su Reino.

Venga Tu Reino

Jesús revela el reino como un plan de Dios. Sus obras y enseñanzas y especialmente en la muerte y resurrección revela la acción de Dios. Este es el inicio de la destrucción de todas las consecuencias del pecado de Adán y Eva.

El amor, la justicia y la misericordia tienen la última palabra en el Reino. Nuestros pecados son perdonados, la enfermedad sanada, los enemigos son reconciliados, los pobres comparten las bendiciones del Señor en la abundancia y los cautivos son liberados. Cada deseo en armonía con el amor de Dios es satisfecho. La ventura humana es traída a una resolución justa y pacífica.

En la versión de Lucas, la voluntad de Dios es claramente parte del Reino que buscamos en nuestras oraciones. Jesús nos mostró el camino al cumplir con la voluntad del Padre. El plan de Dios es para nuestra libertad que nos lleva a la vida eterna y a la eterna felicidad. Dios nos invita a alcanzar ese tesoro que está más allá de nuestros sueños. En el Getsemaní, Jesús mostró el poder de su entrega a la voluntad del Padre. Su aceptación de la voluntad divina produjo el pasaje de la muerte a la vida para toda la humanidad. La voluntad de Dios para nosotros, ya sea personal o comunal sigue llamándonos a la plenitud de la vida.

Las Peticiones…. DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA

Al decir “Danos” estamos mostrando otra vez la comunión con todos nuestros hermanos y hermanas. El pan que pedimos incluye todas las necesidades materiales para nosotros y para nuestro prójimo, una provisión incesante de sustento. Como parte de una comunión, las necesidades de los demás, especialmente de los pobres, deben ser una prioridad.

Al mismo tiempo estamos pidiendo por el Pan de Vida que incluye la Palabra de Dios y el cuerpo de Cristo en la Eucaristía. Estos regalos del Espíritu nos fortalecen y nos disponen a responder generosamente y a hacer peticiones reales en nuestra vida.

Perdona Nuestras Ofensas Como Nosotros Perdonamos a Los Que Nos Ofenden

La reconciliación mira hacia adelante a la venida del Señor en el juicio. Estamos pidiendo el gran regalo necesario para entrar en el Reino: el perdón. Solamente nuestra voluntad para perdonar abrirá el pasaje a la nueva vida. La falta de perdón endurece nuestros corazones y cierra el camino hacia el amor misericordioso de nuestro Dios.


No Nos Dejes Caer en Tentación

Ahora reconocemos nuestra debilidad humana atrapada en la batalla del espíritu y de la carne. Estamos pidiendo a Dios que nos proteja y nos guie lejos del pecado. Estamos pidiendo discernimiento, vigilancia y perseverancia.

Esto quiere decir que nos libere del Mal que es Satanás. Estamos pidiendo la guía en medio de lo duro y horrible atracción de todos los elementos en el mundo que están en total oposición a nuestra salvación. Estamos pidiendo a Dios que nos aleje de todo mal que es la obra incansable del demonio cuyo primordial deseo es alejarnos de Dios.
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