Primer Domingo de Cuaresma

Lucas 4: 1-13 


Estimados amigos,

Hoy continuamos nuestro viaje de Cuaresma que iniciamos el Miércoles de Ceniza con el comando “Arrepiéntanse y crean en el Evangelio.” La cuaresma, necesitamos recordarlo, es un tiempo para liberar nuestro corazón, nuestra mente y nuestra vida para celebrar la gran verdad de nuestra fe, Jesús crucificado y Jesús resucitado en los tres días sagrados del Triduo Pascual y el final de la Semana Santa.

En este primer domingo de Cuaresma, tenemos la historia de las tentaciones de Jesús. En la historia, tenemos ecos de las tentaciones de nuestros padres en el Edén y los seguidores rebeldes de Moisés en el desierto. Contrario a estas victorias tempranas de satanás, Jesús es la victoria sobre el demonio.

Todas las tentaciones apuntan a qué clase de Mesías iba a ser Jesús. El demonio le ofreció una expresión atractiva de un líder que salvaría el mundo con los valores del mundo: poder, guía militar y un trabajo maravilloso con el propósito de cautivar a las masas. Jesús escogió un camino diferente. Jesús sencillamente eligió compartir nuestra humanidad con todas las consecuencias de ser fiel a Dios en un mundo injusto y pecador. Esto es lo que guiaría a un Mesías que sufriría, un Mesías de humildad y servicio, no de poder y privilegio. Jesús eligió su forma de liderazgo y el poder de la debilidad que fue revelado en el lavado de los pies después de un fiel y fatídico viaje a Jerusalén.

En su rechazo de satanás, Jesús nos abre a la verdad de nuestras propias vidas. Estamos enraizados en una llamada de un Dios de gracia que tiene un gran plan infinitamente mejor que todas las atracciones y decepciones del poder, placeres y control que maquillan los trucos del demonio.

Dios nos muestra en Jesús que su amor ganará al final. Necesitamos usar este tiempo de Cuaresma para orar, reflexionar y especialmente para entrar en las bellas selecciones de las escrituras que están disponibles para nosotros cada día de la semana y, sobre todo, sobre los domingos de Cuaresma. La iglesia quiere guiarnos en los pasos fieles de Jesús. Estamos invitados a entrar en el “juego de Jesús” en el que ganamos al perder.

Esta es la elección que Jesús revela hoy. El diablo aún está jugando sus juegos destructivos. Él sigue llamándonos con sus decepciones envueltas en las atracciones y las cosas llamativas del mundo. Parecen como un camino seguro a la felicidad y al éxito. Jesús ofrece otra elección. Es una elección que lleva a la victoria del bien o del mal, de la vida o la muerte. Necesitamos mantener nuestros ojos en Jesús.
Compartir: