Primer Domingo de Adviento

LUCAS 21: 25-28, 34-36 


Estimados amigos,

El adviento nos tiene mirando hacia atrás y nosotros podemos mirar hacia adelante. Ambas visiones nos llaman a vivir en el presente con esperanza por un nuevo día.

Los profetas del Antiguo Testamento, especialmente, Isaías y Jeremías tienen un mensaje claro y fuerte de esperanza que nosotros recordamos en este tiempo de adviento. Hoy, Jeremías nos llama a salir de la oscuridad y de la desesperación del exilio, “se acerca ya el momento, dice Yahvé, en que cumpliré la promesa que le hice al pueblo de Israel y al de Judá.” (Jeremías 33:14)

El mensaje de Lucas hoy y en este tiempo de Adviento está basado en la confianza fundamental que fluye del mensaje cristiano. Cristo volverá en gloria y con Él vendrá la plenitud de la redención. Un nuevo día está por llegar. Lucas es enfático: necesitamos estar preparados: “Y en ese preciso momento verán al Hijo del Hombre venir en la nube, con gran poder e infinita gloria. Cuando se presenten los primeros signos, enderécense y levanten la cabeza porque está cerca su liberación.” (Lucas 21: 27-28)

Este anhelo por el regreso del Señor refleja el anhelo apasionado expresado en los profetas. Esto es increíblemente enriquecido y sustentado con el regalo de la realidad del Evangelio. La segunda venida es mejor entendida como el complemento de la redención que Cristo ya ha empezado. Así nos reunimos en nuestras liturgias y en nuestras vidas para proclamar el anhelo del adviento: Ven Señor Jesús.

Mientras tanto, Jeremías (Jer 33: 14-16); Pablo (1ª Tesalonicenses 3: 12, 4:2) y Lucas tienen un claro y sencillo mensaje para nosotros. Vivir hoy en fidelidad con el Señor. Entrar en nuestra realidad. No conocemos el futuro pero conocemos el presente. Estamos llamados a vivir el Evangelio con obras de misericordia y perdón, con conciencia por la justicia y la paz. En la lucha constante Pablo nos anima con estas palabras “Que el Señor los haga crecer más y más en el amor que se tienen unos a otros y en el amor para con todos, imitando el amor que sentimos por ustedes….el día que venga Jesús nuestro Señor” (1ª Tesalonicenses 3: 12)

El Adviento nos desafía a mirar las oportunidades perdidas, el tiempo desperdiciado y mal dirigido. Todos tenemos más que suficiente con lo cual contar. El adviento nos llama a reunirnos y a vivir el hoy, en la gracia del momento presente, ya que el mañana está en las manos de Dios. En verdad necesitamos gritar, Ven señor Jesús. Pero una vida buscando caminar con Jesús justo ahora hace que nuestro grito más real y enfocado.

Dios es capaz de mantener un horario. Él hará su trabajo de terminar el programa en el tiempo apropiado. Es normal para nosotros usar la frase de juventud, ¿todavía estamos aquí? Dios nos lo hará saber. Para mientras, nuestra tarea es ser fieles al mensaje del Evangelio y expresar el hambre en nuestro corazón por un nuevo día con la belleza de la oración de adviento, ¡Ven Señor Jesús!


En Cristo, 

Fr. Tracy O’Sullivan O. Carm
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