Autoconocimiento, oración y acción

TERESA DE AVILA


I

El Castillo Interior de Teresa no es facil de leer. Trae cierto cargamento de cultura de siglos pasados. Hay muchos puntos que parecen exagerados. Otros parecen estar fuera del contexto con una mentalidad post Vaticano especialmente el modelo de la Iglesia. Uno necesita ajustarse a la realidad cultural, social y económica de un tiempo y lugar diferente. Este compromiso hace posible liberar el texto de sus límites históricos. Sin embargo, con alguna guia y suficiente esfuerzo, todos los obstáculos se vuelven pronto una distracción mínima conforme el mensaje crece en claridad, poder e inspiración. Un buen ejemplo de este proceso de ajuste es la constante autodescripción de Teresa como una pecadora de clase mundial. Ella nunca parece cansarse de describirse a sí misma como la peor de todos los pecadores. Esto fácilmente puede volverse algo tedioso para un lector moderno.

Sin embargo, la perseverancia con el texto le permitirá emerger al poderoso mensaje de Teresa. Ella nos enseña constantemente sobre la importancia del autoconocimiento. Esta nueva conciencia del yo nos lleva a la humildad. Tambien es una develación gradual del ser en la luz de la realidad de Dios.

Conforme uno crece en auto-conciencia en el viaje interno del Castillo, uno es constantemente desvestido del sentido de autograndiosidad. Más y más de la agenda de uno es visto solo como auto servicio. Aun los grandes actos de generosidad y de sacrificio en el servicio a los demás trae escondida profundamente la agenda del ego.

La purificación y la transformación de la quinta y sexta moradas tienen un impacto muy fuerte. Ellas conducen hacia el centro donde se encuentra Dios. La luz divina brilla tan intensamente en el interior de la persona que el individuo mira ahora una realidad completamente nueva. Todo es sobre la bondad, la misericordia y el amor de Dios. La nueva iluminación de Dios en la contemplación penetra de tal manera el corazón que todo fluye y las distorsiones son expuestas con transparencia atemorizante. La consecuencia es que uno es conducido a un baño en el mar de la misericordia de Dios como el unico escape de la pecaminosidad de uno.

Teresa habló del centro del Castillo. Esto es por lo que ella se describió como la más grande de todos los pecadores. Ella vió la realidad con la brillantez plena de la gracia de Dios.

En este contexto, su pecaminosidad fue simplemente una invitación a la gracia de Dios. “Nunca nos conoceremos completamente si no nos esforzamos por conocer a Dios. Al mirar a su grandeza, nos ponemos en contacto con nuestra bajeza, al mirar a su pureza, veremos nuestra propia suciedad; al ponderar su humildad, veremos que tan lejos estamos de ser humildes.” (Castillo Interior 1.9)

Este crecimiento en el autoconocimiento siempre llevó a la humildad. La experiencia de Teresa de la profundidad de su quebrantamiento no la lisió para odiarse a sí misma. Le dio una libertad maravillosa. Ella estaba lista para describir su vida como la historia de la misericordia de Dios. Esto es por qué la historia del Castillo Interior es un viaje del énfasis sobre el individuo como centro hacia la transformación personal que coloca a Dios en el centro de todo. Esto es por lo que la Santa Carmelita acentúa el autoconocimiento con tal insistencia.

Esta nueva conciencia facilita el pasaje de la autodecepción y la autoabsorción a la aceptación de Dios. Esta es la plenitud total del anhelo del corazón. Entre más cerca se encuentra uno de Dios más fuerte es la unión con Dios. Esto lleva a una luz más grande y al acompañamiento de la sabiduría desde el espíritu.

Con el paso de los siglos, las bibliotecas se han llenado con los por qués y las razones de este viaje sencillo de un yo distorsionado hacia el verdadero yo humildemente presente ante un Dios misericordioso. Esto es el centro de la tradición de la espiritualidad cristiana. Este autodescubrimiento encuentra a Dios en el centro dentro de uno mismo. Las enseñanzas de Teresa son una fuente para esta búsqueda y conocimiento. Su mensaje ha trascendido la prueba de la historia y de la cultura. Permanece como pieza central en nuestra búsqueda de Dios.

II

Teresa ha hecho muchas contribuciones al desarrollo de la espiritualidad por siglos. Su insistencia sobre la continua relación con Cristo ha sido la más importante. Ella describió oración “…ya que la oración mental en mi opinión, no es nada más que compartir intimamente entre amigos. Significa tomar el tiempo para estar a solas con Él que nosotros sabemos que nos ama.” (Castillo Interior 8.5)

Ella conectó a Cristo, la amistad y la oración como la parte central del viaje espiritual.

Teresa sabía que ella habia sido obsequiada con muchas experiencias espirituales extraordinarias y muchos dones. Ella entendió estas gracias de Dios como un medio para permitirle ser una misionera de la misericordia de Dios. Ella se vio a sí misma llamando a todos al encuentro con Cristo como la revelación de la misericordia de Dios. Solamente en el encuentro personal con Cristo uno puede tener la verdadera experiencia del Dios misericordioso.

“Podría ser que nuestro Señor ordenó que ellos me mandaran a escribir de manera que nosotros olvidariamos nuestros pequeños goces terrenales porque tendremos nuestros ojos puestos en la recompensa y ver cuan inmensurable es Su misericordia – ya que Él desea estar en comunión con y revelarse a sí mismo a algunos gusanos – y por esa causa tendremos estos ojos puestos también en Su grandeza, y así iremos juntos encendidos en Su amor. (Castillo Interior V. 10)

Teresa es clara en todos sus escritos que ella no está animando a la gente a buscar el regalo excepcional que fue su experiencia especial. Ella enseña que está en la fidelidad a las responsabilidades ordinarias y relaciones donde encontraremos a Dios. En esto, ella simplemente es un reflejo fiel del Evangelio. Ella nunca se aleja de caminar con Jesús en todo.

La orientación del Evangelio de Teresa le mantuvo su enfoque encarnacional. Teresa siempre señaló las practicalidades de la vida. Ella dijo que encontraremos a Jesús en las ollas y en las cacerolas del servicio diario y en el compromiso hacia nuestros hermanos y hermanas.

Teresa no estaba en otra mundanería. Ella luchó contra el escapismo y la falsa división entre la experiencia diaria y la expiritual. En todos estos enfoques hacia la verdadera espiritualidad en la vida real, ella estaba expresando lo que sucede cuando mantenemos nuestros ojos y corazones fijos en Jesús.

La primera Doctora de la Iglesia vió la oración como la base que une la vida, la historia y a Dios. Para ella, la vida era una gran gracia. Nosotros entramos a la plenitud de la vida por la oración. La oración es la clave para alejarse de nuestro quebrantamiento y para estar abiertos a la misericordia de Dios, moviendonos de estar nosotros en el centro a poner a Dios en el centro.

No había conflicto para Teresa entre la contemplación y el compromiso. La verdadera oración necesita compromiso hacia los demás y el servicio al reino. La oración no es posible sin un hambre para hacer la voluntad de Dios y caminar con Jesús en el camino del amor y del compromiso. “Yo insisto otra vez: su base no debe consistir de oración y contemplación solamente. A menos que ustedes adquieran las virtudes y las practiquen, siempre serán diminutos.” (El Castillo Interior VII. 4.9)

Hablando de la experiencia de Dios en la séptima morada, Teresa señaló la libertad del individuo para servir. Ella dice en el final, Maranatha y María se vuelven uno. No hay obstáculo tan grande para esconder el alcance de ayuda a aquellos en necesidad. De hecho, ella dice “Esta es la razón para orar, mis hijas, el propósito del casamiento espiritual: el nacimiento siempre de las buenas obras, buenas obras.” (El Castillo Interior 4: 6) El viaje del Castillo Interior le permite a Dios trabajar más autenticamente y generosamente. Al final, el instrumento transformado y fiel de la gracia y misericordia de Dios es un mensajero poderoso de la palabra de Dios y de las obras.
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