Decimoséptimo Domingo del Tiempo Ordinario

Juan 6: 1-15


Estimados amigos.

En los próximos seis domingos vamos a terminar las lecturas del Evangelio de San Marcos y seguiremos por seis semanas con el Evangelio de San Juan. Este capítulo representa a Jesús como el Pan de Vida.

El Evangelio de San Juan tiene diferente estilo del que tienen los otros tres Evangelios. Este siempre está representando historias y dando información que da apertura a diferentes niveles de entendimiento y de significado. En estos seis capítulos, Juan representa a Jesús de dos maneras, en sus enseñanzas y como la presencia Eucarística como el Pan de Vida.

En la historia de ahora, de la multiplicación de los panes y los pescados, una parte del mensaje de Juan es que representa a Jesús como la nueva Pascua. Juan tiene una serie de señales que ultimadamente presentan a Jesús como la nueva realidad de salvación sustituyendo los grandes eventos del Antiguo Testamento.
La Pascua celebraba la liberación de los judíos de la esclavitud en Egipto y su paso a la Tierra Prometida. El maná del cielo fue una parte muy significativa de este proceso de la liberación. Juan presenta a Jesús como el nuevo pan del cielo.

Esta historia del pan y los pescados aparece seis veces en los cuatro Evangelios. Cada vez tiene un leve contexto diferente pero el mensaje es básico en cada uno de ellos. La creación de Dios y la providencia de Dios dan todo lo que es necesario para sobrevivir. Necesitamos compartir los bienes de la creación unos con otros. La creación es básicamente llena de vida y de gracia si tenemos amor y compasión para ella. Hay pan suficiente para todos y si lo sabemos usar tendremos de sobra.

El domingo pasado tuvimos una bonita experiencia de esto en la Catedral. En la Misa por inmigración tuvimos un exceso de gente de diferentes nacionalidades que era increíble. Estuvimos orando y celebrando con ellos en su dolor y sus temores. Compartimos el pan y los peces de nuestro apoyo, ánimo y compromiso de trabajar por una justa resolución a esta dolorosa y desafiante situación que demanda una reforma migratoria comprensiva.

Como el Evangelio de ahora, que parece una situación imposible. Pero con oración, fe y un corazón dispuesto a amar, la realidad se abre para revelar la gracia de Dios que él nunca se cansa de nosotros.

Los panes y los pescados vienen en diferentes formas a nuestras vidas hoy. Tal vez estén escondidas si no tenemos fe, estos siempre tienen ciertos elementos que Jesús revela en el Evangelio de hoy: estos son, Amor, compartir y compasión para nuestros hermanos y hermanas en necesidad.

Jesús nos ha dado el poder de multiplicar lo que necesitamos para servir a las muchas hambres del corazón humano. Hacemos esto cuando compartimos nuestro tiempo, talento y tesoro en el servicio amoroso a nuestros hermanos y hermanas en necesidad.

En Cristo.
Padre Tracy O´Sullivan O. Carm.
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