Quinto domingo del tiempo ordinario

MARCOS 1: 29-39


Queridos amigos, hay un aspecto del Evangelio de hoy que me molestó por mucho tiempo. El verso dice, “Entonces se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos.” (Marcos 1:31)

Yo no soy muy bueno en la cocina pero no me sentí muy bien sobre ella recién salida de su enfermedad para atenderlos. Eso parecía mucho para mi. Creo que ellos debieron atenderla a ella.

Como es el caso con frecuencia, el estudio más profundo de las escrituras abre a nuevas y poderosas visiones. En este caso, el servicio de la suegra está relacionado al tema central de las enseñanzas de Jesús en el Evangelio de Marcos.

A través de todo el Evangelio los discípulos luchan por entender las enseñanzas de Jesús. Al final, ellos huyen. La falla de ellos es cristalizada en la triple negación de Pedro.

La palabra usada para describir la acción de la suegra de Pedro es usada en puntos críticos más adelante para describir a un discípulo verdadero.

Primero que todo, cuando Juan y Santiago piden sentarse a la derecha e izquierda de Jesús, Él usa la misma palabra para describir a un verdadero discípulo cuando dice, “Porque el Hijo del Hombre no vino a ser servido sino a servir y a dar Su vida como redentorpara muchos.” (Marcos 10: 45)

Esta es la tercera de las predicciones de Jesús de Su muerte y resurrección. En cada caso, la predicción es seguida por una acción de los discípulos que muestra su completa falla en comprender su mensaje.

La siguiente palabra usada para describir la acción de la suegra es en el momento de la pasión. Al describir a la mujer fiel que no salió corriendo sino que se quedó al pie de la cruz, Marcos dice esto sobre ellos, “Estas mujeres lo han seguido a Él cuando estaba en Galilea y ministraron para Él.” (Marcos 15: 41)

En estos tres ejemplos de la descripción de servicio, tenemos una estampa clara de lo que Jesús quiere de sus discípulos: una vida de servicio para los hermanos y hermanas.

A través de todo el Evangelio de Marcos tenemos un cuadro muy poderoso de la humanidad quebrantada de los doce discípulos. Ellos luchan poderosamente pero simplemente no comprenden la conexión entre su entendimiento del Mesías y el Cristo que sufre.

Marcos los usa para darnos una imagen de nosotros mismos. No es una tarea pequeña aceptar las enseñanzas de Jesús en la cruz. “Él llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo, “cualquiera que quiera venir conmigo debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Cualquiera que quiera salvar su vida la perderá, pero cualquiera que pierda la vida por mi causa y por el evangelio la salvará.” (Marcos 8: 34-35)

La suegra de Pedro lo hizo. Esperemos, como Pedro, nosotros tambien, eventualmente captar el mensaje.
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