La fiesta de la manifestación de Dios


 Queridos amigos. La celebración de hoy es conocida comunmente como la fiesta de los Reyes
Magos. Una observación muy interesante es que el texto de las escrituras no dice nada sobre el número tres. De igual manera, el texto no hace mención de que ellos fueran reyes. En adición, no hay nada sobre la descendencia racial del grupo. Todas estas son adiciones de las muchas expresiones culturales desarrolladas varios siglos después del evento. Sin embargo, estas adiciones nos han ayudado a comprender el mensaje del Evangelio de la festividad en la cual todos los pueblos están invitados al banquete celestial.

La historia del proceso, en el cual el mensaje de Cristo ha sido pasado por siglos, siempre ha estado profundamente engranado con expresiones culturales y folclóricas. Con frecuencia, las adiciones han estado iluminando y liberando al mensaje básico de salvación. Por otro lado, el mensaje ha sido profundamente distorsionado con superposición pietista exagerada y aun algunas contradicciones enraizadas en prejuicios nacionales y culturales.

Una de las mayores esperanzas del Vaticano II era llevarnos de regreso al mensaje central del Evangelio y liberarnos de todas las tendencias históricas y culturales. Uno de los desarrollos más importantes de esa santa reunión ocurrió una década después de que el Papa Pablo VI nos diera uno de los documentos papales más grandes de todos los tiempos. Era sobre el tema de la evangelización.

Pablo VI señaló que el mensaje del Evangelio nunca está libre de expresiones culturales pero que tenemos que trabajar para ir siempre más alla de cualquier expresión particular, cultural, nacional o racial que limite el Evangelio. Ya sea que es el desfile del dia de San Patricio o la celebración de la Virgen de Guadalupe o el Cristo Negro de Esquipulas, todas son expresiones que empujan a limitar el Evangelio a un grupo o nación. La fiesta de hoy de la Epifanía nos llama a ir más allá de manera que podamos incluir a todos. Este no es un desafío pequeño, no es tarea facil.

La historia del Evangelio de hoy de los Magos es mucho más que un adorable cuento sobre visitantes extraños que vienen en una forma peculiar a una familia pobre. Esta es una historia de la Buena Nueva que nos dice que este niño es el esperado Hijo de David, el Salvador prometido a Israel. Él abrirá el regalo de salvación a todos los pueblos. Todos son bienvenidos a la mesa. ¡ No hay extraños en el pesebre.!

En el mundo de hoy, la gran injusticia de la pobreza viene en buena parte de la distribución desigual de los bienes. Esto, a la vuelta, nos ha llevado a una crisis mundial de inmigración sin precedentes.

La historia de los Magos tiene dos mensajes sencillos pero esenciales para nosotros. Necesitamos compartir los regalos. Esto incluye esfuerzos personales, familiares, comunales y nacionales para eliminar la pobreza. Necesitamos dar la bienvenida a todos. La historia del Evangelio de hoy nos dice construir puentes y no muros. Si hacemos estas cosas, todos seremos más ricos.
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