Caminando con Jesús en Oración-I

Nota Editorial
Recientemente, nuestro blog, orandosolosjuntos, fue nombrado entre los cincuenta mejores blogs sobre oración y espiritualidad . El centro de nuestro mensaje es la oración personal, comprometida y profunda. Yo he desarrollado un paquete de diez blogs relacionados que ofrecen una sencilla, clara y atractiva invitación dentro de esta forma de oración. Estos blogs serán presentados semanalmente en los próximos meses. Aunque gran parte del material ha sido publicado antes, espero simplificar y esclarecer el material de manera que pueda ser recibido y comprendido fácilmente el mismo sera comprometedor y desafiante para los lectores nuevos y para los antiguos. Todos tendrán menos de mil quinientas palabras. El título es:

Caminando con Jesús en Oración


Introducción
Todo mundo quiere ser feliz. Dios hizo el corazón de esa manera. Nuestro problema es encontrar lo que nos haga felices por largo tiempo. La respuesta sencilla es caminar con Jesús. La dificultad es que la vida tiene muchas decepciones e ilusiones que es difícil encontrar al verdadero Jesús.
Una de las mejores formas para encontrar a Jesús es ser inquebrantables en la oración personal. En esta oración, el énfasis es cambiar nuestras vidas y no que Dios cambie para conocer nuestros deseos. Quiero explicar este tipo de oración y dar dos formas diferentes para practicar esta oración personal dedicada. La espiritualidad Carmelita nos enseña que Dios nos ama primero y nos ama como somos en nuestro quebrantamiento. Este es nuestro punto de partida para toda oración.

Reflexiones sobre la Oración

Cuando se habla de oración personal comprometida, uso el pensamiento de Thomas Merton y le agrego la visión de Teresa de Ávila, Merton dice:

“Oración entonces significa un anhelo por la simple presencia de Dios, por un entendimiento personal de la palabra de Dios, por el conocimiento de la voluntad de Dios, y por la capacidad de oir y obedecer a Dios.” Teresa dice que “La oración no es otra cosa que compartir de forma intima entre amigos; esto significa tomar tiempo frecuentemente para estar a solas con quien nosotros sabemos que nos ama”. Toda oración debe alzar nuestra conciencia a la presencia amorosa de Dios. La humildad es el fundamento de toda oración. Nos lleva a darnos cuenta de nuestra total dependencia de Dios.

Necesitamos comprometernos con la palabra de Dios. La forma más privilegiada de este encuentro está en la Biblia pero tambien está en las experiencias de nuestra vida. El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a la voluntad de Dios, una llamada de nuestro egoísmo a la generosidad hacia Dios y hacia los demás. En esta oración, escuchar es la clave. La nueva visión en la realidad de la voluntad de Dios nos lleva a nuestra forma de vida con una nueva apertura hacia nuevos horizontes para la humildad, servicio y amor. Este dialogo está enraizado en el amor de Dios por nosotros.

La oración personal comprometida viene en muchas formas: vocal, mental, meditación, lectio divina, y oración contemplativa. Esta dedicación para la oración requiere una disciplina para orar regularmente. La oración personal comprometida es un esfuerzo para traer la oración a su vida habitualmente, no importa cómo nos sintamos. Puede empezar con solo quince minutos al día pero con compromiso, disciplina y generosidad que crecerá y lentamente transformará nuestras vidas. Nos lleva en un viaje de amor cuya meta final es estar totalmente enamorados de Dios.

Cinco Puntos de Oración

Hay cinco puntos importantes en la definición de oración de Merton.
  • • Lo primero es que nosotros ponemos atención a la presencia de Dios. Esto demanda un esfuerzo consciente para enfocar nuestra atención, pero atención plena en lo sagrado.
  • • Segundo, traemos la palabra de Dios a nuestra mente y buscamos entendimiento.
  • • Tercero, esta reflexión debe llevarnos a la comprensión de lo que Dios quiere de nosotros.
  • • Cuarto, traemos esta experiencia a nuestra vida de manera que la palabra nos habla y nos lleva hacia adelante.
  • • Quinto paso que es vivir en obediencia al llamado de Dios. La oración es sobre la vida y la forma en que la vivimos.

Más adelante, explicaré dos formas prominentes de oración: Lectio Divina y Meditación Cristiana. Aquí usaré brevemente Lectio Divina para explicar la oración en una forma más general. Lectio Divina es la lectura fiel de la Biblia, o algunas veces, reflexión sobre una experiencia personal profunda.

Conforme empezamos a comprometernos con la oración personal, el primer punto es reunirnos y así podemos poner atención al hecho de que estamos en la presencia amorosa de Dios.
El corazón es la verdad más profunda sobre nosotros. Hablando sobre la oración, la Biblia habla del corazón casi mil veces. Es el corazón lo que es la fuente de la oración. El corazón es donde encontramos lo más real de nuestro ser.

Los cuatro pasos de Lectio Divina son leer, reflexionar, responder y descansar. Los primeros pasos, leer y reflexionar pueden tomar la mayoría de tiempo en las primeras etapas de esta nueva oración personal. Sin embargo, el trabajo de leer y reflexionar es traernos a un sentido más profundo de la presencia de Dios. Los últimos dos pasos son orar con un corazón abierto y descansar en silencio en la presencia amorosa de quien sabemos que nos ama.

El tesoro escondido

Un buen lugar para profundizar aún más en el regalo de la oración es la parábola del tesoro perdido (Mateo 13: 44-46) es un gran ejemplo. Hay tres pasos en esta parábola: encontrar, vender y comprar: encontrar el tesoro, vender todo lo que tenemos y comprar el campo.

El “encontrar” viene de un sentido de hambre en las profundidades del corazón, un sentido de incompletitud. Hay un sentido de que la vida abarca más de lo que yo tengo. En el “encontrar” con frecuencia experimentamos el amor de Dios por nosotros en nuestro quebrantamiento.

El “vender” involucra hacer un compromiso para orar. Esto nos cuesta nuestra conveniencia, tiempo y comodidad. Hacer tiempo, genera un horario, construir una atmósfera y descubrir y practicar un método de oración…todo tiene un costo: auto sacrificio. Lo que estamos haciendo es crear un espacio para Dios en una entrega que va creciendo hacia los términos de Dios.

El “comprar” nos trae a la práctica de la oración en una parte regular y disciplinada de nuestro estilo de vida.
La atmósfera inicial para orar es importante. Necesitamos minimizar las distracciones al buscar el mayor silencio y soledad que es una realidad muy práctica para nosotros. Para algunos, una vela o incienso o alguna pieza de arte religioso son de ayuda. Necesitamos estar conscientes de con quien vamos a encontrarnos. En segundo lugar, la oración siempre tiene que estar enraizada en el amor, respondiendo al amor. En tercer lugar, la oración necesita venir de un corazón anhelante y con fidelidad al amor.

Toda oración debe empezar con un sentido de la presencia amorosa de Dios. El material que leemos, los pensamientos que nos llevan a reflexionar casi siempre tienen una chispa de luz, algunas veces es muy intensa. Esto toca nuestro espíritu y nos llama al cambio. Esto es nuestro propio metro centro que nos trae de la mente al corazón y a nuestra vida.

La oración está relacionada a cómo vivimos no a como nos sentimos. Con gran frecuencia, Dios da a los principiantes en la oración un sentido de paz y progreso. Gradualmente Dios nos suelta de esos bonitos sentimientos para agudizar nuestro enfoque lejos de nosotros y hacia Dios.

El Autoconocimiento

El autoconocimiento que es genuino nos abre a nuestro verdadero ser y siempre ayuda a nuestra oración. Nos invita a ser realistas. En cambio, cuando nuestra oración es auténtica llegamos a conocernos más sinceramente. Un propósito mayor de la oración es dirigirnos fuera de un mundo de autodecepción, ilusiones y un sentido de autograndiosidad que nos pone en el centro de nuestro mundo. El lento, proceso de crecimiento en autoconocimiento nos lleva a un gradual desarrollo de transformación llamada conversión que se repite a muchos niveles. El viaje para reenfocar y reconocer a Dios en el centro es solamente posible cuando reconocemos nuestra pecaminosidad y egoísmo.

Con fidelidad en la oración hay cambios. Lentamente crecemos en paciencia. Las posibilidades de reconciliación salen de la nada. Situaciones donde era dificil ver el otro lado de la historia ahora se abren para apreciar cuatro o cinco puntos de vista válidos. Los prejuicios de toda una vida son expuestos exactamente por lo que son, una mentira. Nos volvemos más sensibles a las necesidades de los pobres y a los problemas de justicia. Vemos el conflicto entre nuestro estilo de vida y un cuido responsable del medio ambiente tal como reciclar. Este es el comienzo dinámico de nuestra Peregrinación a Dios.
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