¿Por qué nos inspira la Biblia?


Recientemente en mi clase un esposo llegó tarde y le dio un corto y afectuoso beso a su esposa cuando se sentó. Aquel beso fue más bien simple pero aun así muy complicado. No fue solamente una expresión de afecto sino la consecuencia de muchas décadas juntos, para bien o para mal, en la enfermedad o en la salud.

La Biblia es como ese beso. Es una historia de amor de Dios y su pueblo. Es simple y claro pero tambien es complicado y envuelto en una historia de fragilidad humana cubierta por siglos.

La historia es sobre la llamada y la promesa hecha a Abraham. Es la historia de la salvación, la liberación de las consecuencias del pecado reveladas en los primeros once capítulos del Génesis. La historia cubre casi 2000 años que llevan a Jesús.

En su extensión más amplia la historia va de Abraham a Moisés, a David y luego a los profetas que llevan a Jesús. Es una expresión continua de la fidelidad de Dios y de la ambivalencia humana. La historia se mueve de la promesa de Abraham que llega a ser padre de una gran nación hacia Moisés liberando al pueblo y guiándolo a la tierra prometida. La era de David y de los reyes inicia la idea del Reino y del Mesías produciendo así la esperanza que domina los últimos miles de años junto con la ilustración del mensaje de los profetas siempre invitándonos a ir más profundo dentro del misterio.

Durante la jornada completa de la familia de Abraham, la esperanza de la promesa evoluciona a pesar de la consistente y profunda infidelidad del pueblo. De igual manera, hay un crecimiento continuo en el entendimiento de quien es Dios y de lo que Dios quiere. Finalmente, muchos siglos después de Abraham, el pueblo tomó una conciencia muy singular de que solamente hay un Dios: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Esta historia de la Biblia, la historia de la salvación, fue reunida por la gente reflexionando, compartiendo y orando sobre sus experiencias de Dios. La mayoría de las escrituras en la Biblia son la conclusión del discernimiento profundo de la comunidad y su encuentro con Dios en sus vidas. Este fue un proceso  continuo de madurez donde la gentil guia del Espíritu Santo dirigió la jornada que lleva hacia Jesús, que es la final y completa palabra de Dios en la carne.

Una pieza central de esta jornada para el pueblo de Dios fue el Éxodo: la liberación de la esclavitud, el pasaje a traves del desierto y la entrada a la tierra prometida. El poder de esta experiencia guio al pueblo a traves de una historia con frecuencia tortuosa. Una y otra vez, los hijos de Abraham reflexionaban que la fidelidad de Dios los hacía libres. Ellos encontraban resistencia y fortaleza al encontrar la revelación de este Dios del Éxodo en su situación de problemas.

Eso mismo es real sobre la muerte y resurrección de Jesús. Esta última expresión del amor salvador de Dios se ha vuelto el portal a un nuevo día, el nuevo Éxodo, en la historia cristiana.

El punto central de la historia de salvación en la Biblia es que los libros en todas sus variedades y profundidad son el resultado de las experiencias de Dios que tuvo el pueblo. El poder y el significado de la Biblia son los mismos que el Dios del pueblo elegido está en nuestra vida. La palabra en la Biblia es la luz que nos dispone para encontrar la realidad de la continua presencia de Dios en nuestras vidas. Estamos invitados a participar en el llamado y la promesa, la peregrinación a traves de la historia hacia el Reino de Dios. El regalo de la palabra de Dios en la revelación de la Biblia es siempre un llamado a una nueva vida y a nuevos horizontes.


Conforme empezamos a aprender la Biblia debemos mantener dos enfoques distintos. Uno es estudiar la Biblia para absorber la historia y para crecer en familiaridad con la palabra de Dios. Esto debería hacerse en oración pero básicamente es un ejercicio de estudio. El segundo enfoque es la lectura en oración de las escrituras. Esta es una táctica verdaderamente distinta. Y tiene tres puntos de importancia:

1. Escuchar lo que Dios quiere decirme.
2. Aprender la voluntad de Dios.
3. Ser más comprometido para caminar con Jesucristo.

Esto se hace en el contexto de nuestra experiencia y especialmente de nuestros problemas tanto personales como en sociedad. En esta lectura en oración de la Biblia, necesitamos encontrar la Palabra como si fuera dirigida a nosotros personalmente.
Siempre ser consistente en que el texto es más que un hecho. Es un símbolo, una ventana que nos permite ver al pasado como un espejo de las experiencias de hoy. Esta lectura en oración de la Palabra de Dios necesita guiarnos dentro de nuestra histórica realidad presente para develar el misterio de la presencia salvadora de Dios justo aquí y ahora.



“La palabra de Dios es algo vivo y activo: corta como una espada de doble filo pero más finamente; puede deslizarse a traves del lugar donde el alma es dividida del espíritu, o se une desde la médula; puede juzgar las emociones secretas y los pensamientos. Ninguna cosa creada puede esconderse de Él; todas las cosas son descubiertas y abiertas a los ojos de ese a quien debemos dar cuenta de nosotros mismos.” (Hebreos 4:12-13)

En el corazón de la historia de salvación de la Biblia está la llamada. De Abraham a Jesús la llamada es siempre la parte central del mensaje. Conforme la claridad del mensaje evoluciona, la llamada finalmente es ser uno con Dios. Esta unión con Dios es el destino final que comparten todos los hijos de Dios.

Conforme nos volvemos más conscientes de cómo Dios está clara y convincentemente en nuestras vidas, hay consecuencias para nosotros. Dios siempre quiere más y está trabajando para transformarnos en la imagen de su hijo. Esta llamada al cambio nunca es fácil.

La Palabra de Dios es en verdad una espada de doble filo que abre parte de nuestra vida que nosotros luchamos por mantener escondida. Estamos llamados por la palabra expresada en la Biblia y tambien en nuestra experiencia de vida para ser la semilla que cae en el suelo para morir solamente para renacer a una vida nueva y producir el fruto del reino de Dios por nuestra entrega al llamado de Dios.  
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