INICIANDO LA ORACIÓN PERSONA PROFUNDA


LOS CINCO ELEMENTOS DE MERTON EN LA ORACIÓN

Aquí está de nuevo la definición de oración según Merton: “La oración entonces significa el anhelo por la simple presencia de Dios, para una comprensión personal de la palabra de Dios, para el conocimiento de la voluntad de Dios, y para la capacidad de escuchar y obedecer a Dios.” Hay cinco puntos importantes para considerar.

  • El primero es que nosotros nos enfocamos en la presencia de Dios. Necesitamos dirigir nuestra atención hacia nuestra buena disposición y a la presencia de lo sagrado.
  • Segundo, traemos la Palabra de Dios a nuestra mente buscando su significado y relevancia para nosotros.
  • Tercero, nuestra ponderación con un poco de optimismo nos llevará hacia un sentido de lo que Dios quiere de nosotros.
  • Cuarto, traemos esta visión a nuestra vida de manera que la palabra de Dios nos habla y nos lleva hacia adelante.
  • En el quinto paso, vivimos en obediencia a la llamada de Dios. En la oración es todo sobre la vida y la forma en que la vivimos.

Lectio Divina es una lectura devota de la Biblia, o algunas veces, una reflexión profunda sobre una experiencia personal. Aquí usaré brevemente Lectio Divina como un método práctico de oración que puede llevarlo a uno a una experiencia concreta de oración. Conforme empezamos la oración personal profunda, el primer punto es reunirnos de manera que podamos poner atención al hecho de que estamos en la presencia amorosa de Dios.

El ambiente inicial para orar es importante. Necesitamos minimizar las distracciones al buscar la mayor soledad y silencio posibles, esa es una realidad práctica para nosotros. Para algunos, una candela o incienso o algún artículo religioso son de mucha ayuda. Necesitamos estar conscientes de quién es ese con el que vamos a encontrarnos. Lo segundo, la oración siempre debe estar enraizada en amor respondiendo al amor. En tercero, la oración necesita venir de un anhelo del corazón para la fidelidad al amor.

Estamos tratando de hacer conexión con Dios en las profundidades de nuestro corazón. El corazón es la verdad más profunda sobre nosotros. La Biblia habla sobre el corazón por lo menos unas mil veces. Es el corazón el que es fuente de la oración. El corazón es donde nosotros encontramos nuestro ser más real.

Los cuatro pasos para practicar Lectio Divina son: leer, reflexionar, responder y descansar. Los primeros pasos, leer y reflexionar, pueden tomar la mayor parte del tiempo en las primeras etapas de esta nueva oración personal. Sin embargo, el trabajo de leer y reflexionar es llevarnos a un sentido más profundo de la presencia de Dios. Los últimos dos pasos son orar con un corazón abierto y descansar en silencio en la presencia amorosa de aquel que sabemos que nos ama.

En la oración, estamos reuniendo todas nuestras facultades para poner atención a la presencia íntima de Dios. Estamos buscando la comunión, para ser uno con Dios. Tenemos un sentido de presencia sagrada llamándonos a la vida en amor. Esta experiencia oración personal profunda busca esclarecer la voluntad de Dios en la realidad concreta de nuestra experiencia diaria. La verdadera oración nos empodera para traer el amor de Dios a nuestras vidas en servicio del Reino.

“Escuchen, yo estoy parado a la puerta y llamo; si ustedes escuchan mi voz y abren la puerta, yo entraré con ustedes y comeré con ustedes, y ustedes conmigo.” (Revelaciones 3: 20)

El único gran obstáculo para orar es no empezar. Otro es el incesante ataque de las distracciones. La resolución para las distracciones es un problema continuo que necesita mucha atención pero que ultimadamente es un retorno a nuestro punto de enfoque.

La Parábola del Tesoro Perdido

Una de las parábolas de los Evangelios que nos ayuda a cavar más profundamente en la búsqueda por la oración personal profunda. Es la parábola del Tesoro Perdido (Mateo 13: 44-46). Hay tres pasos en esta parábola: encontrar el tesoro, vender todo lo que tenemos y comprar el campo.

El “encontrar” se origina a partir de un sentido de hambre en las profundidades del corazón, un sentimiento de incompletitud. Hay un reconocimiento que la vida guarda mucho más de lo que tenemos. En el “encontrar”, con frecuencia experimentamos el amor de Dios por nosotros en nuestros quebrantos.

El “vender” es sobre hacer un compromiso para orar. Esto nos cuesta nuestro tiempo y comodidad. Crear un horario, construir un ambiente apropiado y descubrir y practicar un método de oración, todo esto viene con un costo: auto sacrificio. Lo que estamos haciendo es crear un espacio para Dios al permitir que todo camine en los términos de Dios.

El “comprar” nos trae a la práctica de la oración en una regular y disciplinada parte de nuestro estilo de vida. La parábola refleja el mensaje repetido de las Escrituras. Necesitamos dejar ir y permitirle a Dios. Necesitamos perder el control en el abandono a la inexorable llamada del Sabueso del Cielo.

Toda oración debe comenzar con un sentido de la presencia amorosa de Dios. El material que leemos, los pensamientos que nos llevan hacia la reflexión casi siempre tienen una chispa de luz, algunas veces bastante intensa. Esto toca nuestro Espíritu y nos llama al cambio. Este es nuestro propio centro que nos lleva de la mente al corazón y a la vida.La oración es sobre cómo vivimos y no cómo nos sentimos. Con mucha frecuencia, Dios da a los principiantes en la oración un sentido de paz y progreso. Gradualmente Dios nos suelta de los bellos sentimientos para agudizar nuestro enfoque y alejarnos de nosotros mismos e ir hacia Dios.
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