EL CASTILLO INTERIOR_UN VISTAZO GENERAL


El Castillo Interior

Esta es una descripción breve del Clásico de Teresa de Ávila

El Castillo Interior refleja la imagen del ser humano. Teresa usa la imagen de un castillo para dirigir la relación entre Dios y el individuo. Ella habla de su propia experiencia como una guía para todos. Teresa entendió muy bien que cada corazón humano tiene hambre de felicidad. El viaje debe ser hacia el centro del ser, donde reside Dios. Al final, toda la sabiduría humana y la ingenuidad es desafiada por este hecho: la verdadera felicidad la encontraremos en nuestro mismo centro donde reside Dios. El corazón se dará cuenta que la verdadera y duradera realización es solamente en Dios. Teresa reunió sus largas y ricas experiencias de vida como la fuente de este libro. Fue escrito cinco años antes que ella muriera.

Conforme uno se enfoca en este libro de cuatrocientos años de antigüedad, uno se tiene que preguntar: ¿Por qué algo que fue escrito por un pequeño número de monjas enclaustradas que data de cuatro siglos puede ser de algún interés para los lectores de hoy en día? La respuesta es que este es un clásico espiritual. Fue un factor muy importante en Teresa, junto con Catalina de Siena, que fueron nombradas las primeras mujeres Doctoras de la Iglesia en 1970. Como un clásico, este texto habla al corazón humano en una forma profunda y significativa libre de barreras limitantes de cultura e historia. Ha sido traducido a docenas de idiomas.

El texto de Teresa nos llama a ir más allá de la mente e imaginación hacia el corazón. Nosotros somos atraídos a una experiencia única de Dios. Ella describe su vida como una historia de la misericordia de Dios. Teresa muestra como la experiencia de Dios está enraizada en una lucha continua de la carne y el espíritu. Involucra una serie de conversiones. Estas alteraciones personales profundas están siempre alejándose del interés propio y del control para entregarse a Dios. Teresa surgió del encuentro profundo con Dios reconociendo sus regalos y dirigiendo su quebrantamiento. Al final, su expandido autoconocimiento disminuyó su independencia. Ella vio la absoluta importancia de la misericordia de Dios y su necesidad de abrazarla.

La piadosa Carmelita describe la experiencia en las siete etapas o moradas que llevan hacia el centro. Esta descripción se convierte en un manual para nuestra propia peregrinación hacia Dios. Ella dice que el alma es como un castillo “hecho completamente de diamantes o de un cristal muy claro, en el que hay muchos cuartos, así como en el cielo hay muchas moradas.” (Castillo Interior 1.1) Cada ser humano puede encontrar el sendero hacia Dios en este bello mapa de siete moradas. La vida espiritual del individuo en el castillo es compleja. Involucra los talentos, compromiso y la individualidad de la persona conforme se manifiestan en una creciente evolución espiritual. Todo crecimiento y progreso está medido por movimientos hacia el centro donde reside Dios.


El Castillo Interior realza muchos puntos importantes en la creciente búsqueda de Dios:

  1. La oración es nuestro punto de entrada en el castillo. Es dudosa y esporádica en el inicio, luego se incrementa en crecimiento y madurez conforme viaja por el castillo.
  2. Las primeras tres moradas son sobre nuestros inicios. Ellas muestran los efectos de nuestro esfuerzo en la oración. Las últimas cuatro moradas son sobre la iniciativa de Dios y la actividad especial de Dios en nuestra oración. Esto es la contemplación.
  3. Teresa constantemente nos llama a mantener nuestros ojos fijos en Jesús. Él es el modelo. Él es nuestro compañero todo el tiempo.
  4. Teresa trata las primeras tres moradas como si estuviera ansiosa por moverse a las cuatro etapas finales de crecimiento. Su regalo especial es su enseñanza sobre sus experiencias místicas en las cuatro moradas finales. Esta es una de sus grandes contribuciones a la espiritualidad cristiana.
  5. La meta es la unión con Dios. Esto tendrá lugar en esta vida por medio de la purificación y la transformación en el viaje de uno hacia el centro, donde reside Dios. Si fallamos en eso, pasaremos por el purgatorio después que termine esta vida. De cualquier manera, terminamos unidos con Dios. Sin embargo, el método y el tiempo son nuestra elección.
  6. El viaje hacia el centro, donde Dios aguarda, se despliega en nuestra conciencia cada vez más profunda y la aceptación del amor y misericordia de Dios.
  7. El camino para avanzar en la experiencia de Dios es un proceso de dejar ir nuestro egoísmo. En ese proceso hay una exposición implacable de la profundidad y amplitud de nuestra auto absorción. Teresa es clara en que solamente Dios puede exponer y transformar los niveles más profundos del amor propio.
  8. Uno entra al castillo al lanzar la ceguera espiritual y la parálisis que caracterizan la vida en aislamiento de Dios. Entonces uno puede empezar el largo pasaje hacia el centro y unión con Dios. Cada paso del camino es sobre el amor.
  9. Ella presenta una visión de nuestro viaje hacia el centro pero se ha dicho poco sobre los métodos de oración enfatizando la única y constante llamada a estar abiertos al Espíritu en el viaje.
  10. Al final, todo es sobre el amor y el servicio hacia nuestras hermanas y hermanos que abrazamos al participar en la venida del Reino de Dios de justicia y paz y la integridad de la creación.
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