LA PREGUNTA DE JESÚS-5


Nuestro viaje es ante todo con Jesús. Estamos invitados a “Venir y ver.” Somos llamados a tener un encuentro con Jesús, un encuentro de fe, pero tan real como el de Andrés y Pedro en el Evangelio de Juan.

La información sobre Jesús nunca será suficiente. Necesitamos abrir nuestro corazón y nuestra vida a Él de forma diaria. Es en una relación que crece y profundiza con Jesús que lentamente entendemos lo que estamos buscando. La claridad y profundidad vienen con la inversión de nuestro tiempo y el compromiso de nuestro corazón. Empezamos a ver la verdad que evoluciona con el viaje de caminar con Jesús.

Si verdaderamente deseamos la transformación personal, debemos tener un pequeño indicio de cuán profundo y penetrante es en verdad el misterio de Jesús. Juan de la Cruz tiene una declaración notable sobre esta necesidad por la búsqueda incansable de este encuentro con Jesús. “Hay mucho para sondear en Cristo, ya que Él es como una mina abundante con muchos tesoros en lo más profundo, tanto que no importa que tan profundo lleguen los individuos, igual nunca llegarán al final o al fondo, sino más bien en cada profundidad encontramos nuevas vetas con nuevas riquezas por donde quiera. (C. 3. 7. 4)

Hoy, la iglesia nos enseña que ese Jesús en los Evangelios es la fuente de nuestra libertad. Él solo nos liberará de la oscuridad del pecado y el control de satanás y todos sus métodos modernos de esclavitud. Cuando leemos los Evangelios, tenemos que ir más allá que solo rozar la superficie. Necesitamos encontrar nuestra verdad en la historia del leproso que es limpiado, el paralítico que es sanado y perdonado, los hambrientos que son alimentados con panes y pescados. Necesitamos ser confrontados con Pedro por la impresionante pregunta de salvación, “¿Quién dicen ustedes que soy yo?” (Marcos 8: 27) También se nos dirá que tomemos nuestra cruz y lo sigamos a Él a Jerusalén (Marcos 8: 34)

En verdad, veremos que la invitación, “Vengan y verán” (Juan 1: 39) es nuestra invitación para entrar en el misterio de Jesús. Nuestra aceptación nos ayudará a responder la pregunta fundamental de nuestra realidad humana, “¿Qué están buscando?” (Juan 1: 38)

La fe y una creciente relación con Jesús guiarán el camino. Creceremos en entendimiento de su palabra. Creceremos al rendirnos a su llamado. Este crecimiento es lo que necesitamos para contestar su pregunta esencial: “¿Quién dicen ustedes que soy yo?” (Marcos 8: 27) cuando contestamos esta pregunta, somos capaces de responder a otra pregunta importante, “¿Qué buscan?” (Juan 1: 38) ahora nos damos cuenta de nuestra propia identidad como hijos de Dios. Sabemos a dónde vamos y cómo llegar ahí.
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