¿Cuantas veces debo de Perdonar?


MATEO 18:21-35 

Queridos amigos, el Evangelio de hoy continúa la enseñanza de Jesús en la Iglesia como comunidad cristiana. Pedro hace la pregunta que fija la escena. En la pregunta de cúantas veces debemos perdonar, Pedro revela una gran cantidad de crecimiento.

Recuerden que Pedro toda su vida fue un Judío fiel que siguió la ley. El mensaje era claro: ojo por ojo y diente por diente. Mientras que esta enseñanza ponía limites severos sobre la venganza, la enseñanza de Jesús de poner la otra mejía era un desafío que conmovia a todo el mundo tanto a Sus contemporáneos como a nosotros. Aparentemente, Pedro se habia aprovisionado cuando preguntó si siete veces era el estándar de Jesús para perdonar. Cuando piensas en eso, cuanta gente perdona a alguien fuera de su familia siete veces: ¡muy pocas!

Aquí otra vez Jesús usa una parábola para invitar a Pedro y a nosotros al mundo radical del Evangelio. La historia es clara y tentadora. La primera persona adeuda una cantidad que simplemente era imposible de pagar. La segunda persona adeuda el salario de unos pocos meses. La conclusión nos mira fijamente a la cara. Necesitamos perdonar en la medida que somos perdonados.

Todas las enseñanzas de Jesús sobre el perdón están enraizadas en una invitación para nosotros para compartir el amor de Dios con nuestros hermanos y hermanas. Las enseñanzas del Evangelio lo hacen más claro que el amor de Dios es un regalo gratuito, un regalo sin condiciones o límites. Dios ama y perdona todo, lo bueno y lo malo. Jesús repite la invitación para nosotros para compartir este amor en sus enseñanzas, parábolas y vida todo a través de los Evangelios. Muy pocas verdades son más claras.

Así de sencillo, claro y convincente como son las enseñanzas del Evangelio, es el trabajo de toda una vida de lucha para que nosotros abracemos la misericordia divina y la compasión en nuestra vida diaria. El mensaje de Jesús es una llamada a un mundo que ultimadamente solo Dios puede liberar nuestro corazón para ser perdonados como Jesús está perdonando.

Es con una buena razón que Jesús nos enseña que la cizaña y el trigo estarán con nosotros hasta el final. Lo que Jesús quiere más que cualquier otra cosa es para que nosotros permanezcamos en la lucha para vivir el perdón y la vida compasiva. Esto demanda humildad que es el simple reconocimiento de la verdad sobre nosotros mismos y un compromiso ser fieles a la oración para conocer y abrazar la palabra y voluntad de Dios.

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