Lucas 5:1-11
Queridos amigos, En el evangelio de hoy hay una frase que Jesús usa que está especialmente impregnada de significado. Cuando le dice a Pedro que lo intente de nuevo después de una noche de trabajo inútil en la que no pudo pescar ni siquiera unos pocos peces, Jesús le dice a Pedro: "Rema mar adentro..." (Lucas 5:4)Pedro sigue el mandato de Jesús. Una noche de decepción se transforma en un espectacular festín de abundancia. Luego, hay un cambio total de marchas. Lo que había sido tan profundamente deseado, la gran pesca de peces, de repente, se deja de lado por una realidad más profunda y rica. "Cuando trajeron sus botes a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron". (Lucas 5:11)
¿Cuál es el mensaje para nosotros hoy en este encuentro entre Jesús y Pedro? La clave es "Remar mar adentro..." (Lucas 5:4)
La gran captura de peces es un símbolo. Abre los tesoros de la vida que están disponibles cuando pasamos más allá de lo superficial, cuando vamos más allá de las demandas culturales que alimentan una existencia egocéntrica. Esta es una existencia definida para nosotros por los falsos valores de una sociedad impulsada por el consumo que se centra en nosotros mismos y en nuestra indulgencia.
La oración personal profunda es una llamada a entrar en la vida a un nivel que se abre al misterio de Dios. La oración profunda y personal es la clave de la llamada de Dios en medio del fluir ordinario de nuestra vida. Este tipo de oración es una reflexión profunda sobre la palabra de Dios y nuestra experiencia. Esta oración busca la voluntad de Dios para nosotros en este momento de nuestra vida.
Jesús estaba comenzando la transformación de Pedro mostrándole el camino de la fe, el camino de una aceptación confiada de la palabra y la voluntad de Dios. La oración personal profunda hará lo mismo por nosotros a medida que meditamos en la palabra de Dios y buscamos la voluntad de Dios en la experiencia diaria de nuestras relaciones y responsabilidades. Nos dirige a seguir los pasos de Jesús tal como lo hicieron Pedro y sus compañeros.
En la escena evangélica de hoy, Pedro está llevando a cabo sus tareas ordinarias, sus responsabilidades habituales. Es pescador. Jesús transforma esta tarea familiar invitándolo a entrar más profundamente en la experiencia. Él le está enseñando a Pedro, y a nosotros, que la verdadera espiritualidad no está fuera de la vida, diferente de nuestra experiencia ordinaria. Encontraremos a Dios estando más presentes en nuestra situación de vida y en todas las exigencias y responsabilidades que nos impone. La oración personal profunda nos pondrá en contacto con Jesús tal como lo estuvo Pedro.
Un llamado a ser espiritual, a tener una experiencia más significativa de Dios, no es salir de la vida, sino volver a poseer la vida en el nivel más profundo. "Remar mar adentro..." (Lucas 5:4)
La Buena Nueva es que Dios está presente en la vida. No estamos abandonados a nuestras inclinaciones destructivas y a los horribles juegos que a menudo jugamos. Pedro reconoció su quebrantamiento en este sentido. Él dijo: "Apártate de mí, Señor, porque soy un hombre pecador". (Lucas 5:18)
Jesús no abandonó a Pedro a sus caminos pecaminosos ni nos abandonará a nosotros. La gracia y la nueva vida siempre son posibles, siempre nos llaman. La oración profunda y personal, en la que meditamos en la palabra de Dios y buscamos la voluntad de Dios, nos guía a la profundidad de la vida donde Dios nos llama. Al igual que Pedro, tenemos que "remar mar adentro..." (Lucas 5:4) Nos encontraremos con una nueva y graciosa realidad. Veremos que nuestro corazón será libre para dejar ir todos los obstáculos que nos impiden caminar con Jesús.