LA FIESTA DEL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO
Queridos hermanos, El pasado mes de mayo celebramos la primera comunión de ciento treinta niños en la parroquia. Llenamos la parroquia para tres diferentes misas. Fue una experiencia muy bonita.
Lo que que fue espcialmente emocionante sobre el evento fue el tiempo de preparación con los padres. Nuestra parroquia requiere que los padres de estos niños participen en doce asambleas de fe. Estas son sesiones de dos horas que incluyen una presentación básica de la historia de la salvación desde Abraham hasta Jesús. Estas son mucho más que simples clases de Biblia porque hay un énfasis en ver la palabra de Dios entrecruzando sus historias personales. Hay mucho más compartir de experiencias y tiempo para reflexionar y orar.
El resultado final es que los padres adquieren familiaridad con la Biblia, un sentido de su poder personal en su vida y más que todo, una comprensión del llamado fundamental de Jesús a la conversión en el amor de Dios.
En el viaje los padres fueron capaces de ver la Eucaristía como una gran expresión del amor de Dios en Cristo Crucificado y Cristo Resucitado.
La meta era no solamente ayudar a los padres a preparar a sus niños para entender lo que sucede en ese hermoso dia de su Primera Comunión. La meta era convencer a los padres que su participación en la liturgia es la escuela de adultos de educación religiosa donde el viaje de sus vidas esta conectado a la acción salvadora de Jesús aquí y ahora.
A menos que los padres entendieran la importancia de la experiencia básica de la participación regular en la liturgia, la celebración de la Primera Comunión tiene una posibilidad real de volverse distorsionada e inconsecuente. La atención de la misa regular nos trae al encuentro conn el gran acto de amor que es la historia fundamental de la Biblia. Que el amor literalmente toma la forma de carne para nutrirnos y guiarnos en el emproblemado viaje que es nuestra vida. Es por eso que la iglesia nos enseña que la liturgia es la fuente y la cima de nuestra fe.
En esta fiesta del Cuerpo de Cristo, me gustaría ir más allá del mantra de “fuente y cima”. Quiero invitarles a ponderar y orar sobre una expresión completa de la enseñanza del Vaticano II en la experiencia de nuestra participación en la Eucaristía.
“La celebración de la Eucaristía, como una acción de Cristo y el pueblo de Dios…es el centro de toda la vida cristiana, ya que para la iglesia universal, la local y cada uno de los fieles…la Liturgia es la cima hacia la que está dirigida la actividad de la iglesia; también es la fuente de la que brota todo su poder…todos los que son hijos de Dios por fe y por el bautismo deberían unirse para alabar a Dios en medio de la iglesia, para tomar parte en el sacrificio y comer la Cena del Señor.” (Constitución de la Sagrada Liturgia, 1963, # 2 10,41)
Padre Tracy O’Sullivan, O. Carm.