UN TESORO ESPECIAL-5


Una oportunidad para una oración personal profunda

Meditación Cristiana


Un segundo método de oración es la meditación cristiana. Es verdaderamente diferente en su enfoque de la lectio divina y otras formas de meditación donde la mente es un componente vital de la oración. La meditación cristiana es un enfoque contemplativo de la oración que se centra en el silencio. Espera eliminar, o al menos calmar, todo pensamiento e imaginación durante el período de oración. El silencio invita a Dios a ser activo en nuestra oración. El espíritu de pobreza es el objetivo. Simplemente buscamos crear un vacío que es la mejor invitación al Espíritu, donde Dios ora dentro de nosotros. "De la misma manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad; porque no sabemos cómo orar como deberíamos, pero el Espíritu mismo intercede con gemidos inefables." (Romanos 8:26)

Se le pide al individuo que repita en silencio la palabra santa, maranatha, que significa "el Señor vendrá". La elección de la palabra es arbitraria, y es importante no pensar en su significado. La repetición simple y lenta del mantra tiene un objetivo claro: la creación de silencio que suprime la mente y la imaginación. Esto sucede al enfocar la palabra sagrada o el mantra. La repetición se conecta con la respiración. La lenta repetición de la palabra es la oración del individuo.

La mente y la imaginación son la fuente de las distracciones. Existe un temor por parte del ego de que el silencio conduzca a la pérdida del control del ego. La suave repetición del mantra nos libera para dejarlo ir. Queremos abrir espacio para Dios. La simplicidad y el vacío deben ser la meta. La repetición de la palabra simboliza y alienta la entrega fiel a Dios. Nuestra esperanza es que crezcamos en pureza de corazón con apertura a la gracia de Dios.

La oración es experiencial y práctica. La gente necesita comenzar el viaje y dejar que la experiencia sea el maestro. El propósito de la simple repetición del mantra, maranatha, es despejar la mente, ir más allá del pensamiento. Queremos pasar de la cabeza al corazón. Tenemos que prestar atención a cómo decimos el mantra. Nuestro esfuerzo debe ser tranquilo pero firme en nuestra repetición orante. Esto despeja la mente lo suficiente como para hacer espacio para el Espíritu. El horario altamente recomendado para esta oración es de veinte a treinta minutos tanto por la mañana como por la noche. Nunca debemos olvidar que la medida final de la oración eficaz es una vida más en sintonía con los valores del evangelio, caminando con Jesús.

Cómo meditar


Lo más importante que hay que aprender sobre la meditación es meditar. Es extraordinariamente simple. Este es el problema. Pocos creen que algo tan simple sea tan efectivo y transformador.

Para meditar, siéntate quieto y erguido mientras buscas la conciencia de la presencia de Dios. Mientras te relajas, cierra los ojos. Lentamente comienza a decir el mantra en cuatro sílabas. No pienses ni imagines nada. A medida que lleguen las distracciones, vuelve al mantra suave pero decisivamente. Incluso los buenos pensamientos deben ser excluidos. El objetivo es de veinte a treinta minutos por la mañana y por la noche.

Hay tres objetivos simples para guiar los dos períodos de meditación cada día:

  1. Di el mantra durante todo el tiempo de la meditación. Esta es una habilidad. Tomará tiempo crear un hábito.
  2. Di el mantra a lo largo de la meditación sin interrupción. La tarea aquí es regresar continuamente tan pronto como sea posible de las distracciones persistentes que son el hambre de control del ego.
  3. Al decir el mantra, deja que te lleve a las profundidades de tu ser, más allá del pensamiento, la imaginación y todas las imágenes.
  4. Descansa en la presencia de Dios morando en lo profundo de tu corazón.
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