LUCAS 16: 1-13
Estimados amigos,
La parábola de hoy, del sirviente deshonesto es una de las más desconcertantes de todos los Evangelios. Al final, sin embargo, el mensaje es claro y fuerte. Necesitamos usar nuestro dinero y posesiones para ayudarnos a entrar en el reino. Puedes llamarlo una súplica para la economía del reino. Es una invitación más bien para una tarea bastante difícil. Cómo usar nuestros bienes materiales para facilitar, no para obstruir, nuestro viaje hacia el reino y la vida eterna.
La clave para entender la parábola y su fuerte enseñanza es determinar en dónde es que el sirviente cometió la injusticia. Tenía que ser en el uso anterior de los bienes del dueño. Es por eso que él está siendo despedido. El centro del desconcierto es el elogio del dueño al robo aparente involucrado en la reducción de la deuda del sirviente a los varios deudores. Esto tenía que involucrar la comisión personal del sirviente en el trato. De este modo el dueño encomendó su previsión y acción. Este es nuestro llamado: actuar para entrar en el reino.
Jesús está invitando a sus seguidores a usar su tiempo, tesoro, y talento con previsión similar. Como el sirviente, tenemos que darnos cuenta que nuestras posesiones incluyen una hipoteca. La posesión actual pertenece a otro. En el caso de los discípulos, y en nuestro caso, Dios es el dueño. Las bendiciones materiales son para ser compartidas para beneficiar al reino. El uso sabio de las riquezas al que Jesús está llamando necesita incluir las prioridades del reino. Esto sitúa al pobre, a los olvidados y a los marginados en una posición de privilegio que es muy diferente de la realidad de nuestra sociedad consumista.
En esta sección de su Evangelio, capítulos del diez al diecinueve, conocidos como el Camino a Jerusalén, Lucas muestra a Jesús enseñando las consecuencias de su mesianismo como el Sirviente Sufriente. Ser un seguidor de Cristo demanda un precio muy alto. El discipulado viene con un costo real.
El discipulado demanda un compromiso total. Lucas está consecuentemente trayendo el desafío de la riqueza y del papel que juega el dinero para los seguidores de Jesús. El cómo usamos nuestras posesiones revela nuestras prioridades. Si Jesús es verdaderamente nuestra prioridad, el enfoque en la riqueza y su atrapada de la voluntad serán medidos en cómo nos dirige hacia los valores del reino que Jesús proclama.
El mensaje de Jesús en la parábola de hoy es fuerte y sencillo: somos llamados a hacer una elección clara. El sirviente hizo esto en su visión de corto alcance de la realidad. Como discípulos, estamos llamados a la sabiduría de una conclusión decisiva en una visión de largo alcance del reino.
En el siglo IV San Ambrosio tuvo una visión sobre la riqueza y los pobres. Él comentaba sobre el hombre rico y sus graneros (Lucas 12: 16-21) “El seno de los pobres, las casas de ventanas, las bocas de los niños son los silos que duran para siempre”
El mensaje de Lucas de hoy, como con los silos del hombre rico, y a través de todo su Evangelio, ofrece una prueba para el verdadero discípulo de tomar una sabia decisión. Nosotros somos confrontados constantemente para elegir entre lo que es necesario y lo que queremos. Esta no es una elección fácil. Estamos atrapados en las garras posesivas de la industria multi billonaria de la propaganda. Estamos siendo bombardeados constantemente con una definición de felicidad que está enraizada en los valores que está muy lejos del Evangelio de Jesús. Se nos está diciendo que nuestra satisfacción total está en la punta de nuestro dedo si compramos el siguiente producto que seguramente va a satisfacer los deseos de nuestro corazón.
Por otra parte, en las profundidades de nuestro ser, tenemos un susurro suave pero inquebrantable del mensaje del Evangelio. Una respuesta fiel a la palabra de Dios será como una semilla de mostaza en el corazón, creciendo constantemente en la sabiduría y en el poder de Dios. El discipulado al cual llama Jesús es un arduo y largo viaje. Esta batalla perenne del corazón es la cosa de nuestro camino hacia adelante en las huellas de Jesús.
La parábola de hoy es una invitación para empezar el proceso para abrazar la economía del reino de Jesús. Nuestra venta de garaje necesita crecer constantemente y expandirse más conforme buscamos fondos para aquellos que están en necesidad. En el reino que Jesús está proclamando, menos es más, mucho más.

